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15ago04


Las franquicias de las Auc, mercenarios al servicio del narcotráfico


Miguel Arroyabe, uno de los diez jefes paramilitares cuya firma aparece en el acuerdo suscrito en Santa Fe de Ralito con el Gobierno habría adquirido por cuatro millones de dólares un nuevo bloque paramilitar en el departamento del Tolima.

La información, en poder de los organismos de seguridad del Estado, fue reforzada por denuncias recientes del representante a la Cámara Wilson Borja, quien afirmó en Barranquilla que el objetivo del nuevo grupo irregular del jefe paramilitar sería el asesinato de dirigentes sindicales y políticos de izquierda, estando él y su colega Gustavo Petro incluidos.

Para los servicios de inteligencia de la Policía, las denuncias de Borja no se pueden descartar. Según la información obtenida, el jefe paramilitar habría adquirido el control de un ejército privado de 200 mercenarios que prestaban seguridad al señalado narcotraficante Wilber Varela, conocido con el alias de ‘Jabón’.

Aunque para las autoridades, esta modalidad es una práctica casi corriente entre los grupos paramilitares y los grandes capos del narcotráfico desde hace tres años, el resto del país la escuchó de boca del embajador de los Estados Unidos en Colombia, William Wood, al hacer públicas sus críticas sobre la forma cómo han evolucionado los acercamientos entre el Gobierno y los paramilitares con miras a un eventual proceso de desmovilización.

El diplomático estadounidense las llamó “franquicias”, paramilitares, compradas por los narcos para gozar de posibles beneficios en un eventual acuerdo de paz, al advertir la presencia en la zona de ubicación establecida por el Gobierno en Córdoba de reconocidos narcotraficantes.

Un mes antes, el coronel de la Policía óscar Naranjo dio a conocer esta especie de compra venta de frentes y zonas al confirmar las versiones de prensa sobre la presencia en la zona de ubicación de Santa Fe de Ralito de Miguel ángel Mejía Múnera quien, junto con su hermano Víctor Manuel, figura como la cabeza de una poderosa red de narcotraficantes del cartel del Norte del Valle, conocida como ‘Los Mellizos’.

De acuerdo con los informes de inteligencia, los Mejía Múnera adquirieron en 2001 por dos millones de dólares una fuerza paramilitar con hombres entrenados y armados y el derecho a utilizar la sigla de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) para actuar en su nombre en el departamento de Arauca y hacerse llamar comandantes.

Miguel ángel cambió su nombre por el de ‘comandante Pablo Arauca’ y denominó su ejército ‘Bloque Vencedores de Arauca’. Y a cambio de luchar contra la guerrilla en esa región recibió una especie de patente de corso para explotar los cultivos de coca existentes, y los que plantaran en lo sucesivo, utilizar a su antojo las rutas y corredores existentes en la zona para el tráfico de cocaína y armas.

Su centro de operaciones es el municipio de Tame. Según los registros con el que cuentan las unidades de inteligencia de la Policía, habría tomado como base una finca llamada Bellavista, supuestamente de propiedad del asesinado periodista Octavio Sarmiento y desde allí controla el eje vial conocido como Ruta de los Libertadores, el cual conecta a Colombia con Venezuela. Su influencia incluye el norte de Casanare y parte de Boyacá.

“El Gordo Lindo”

El otro capo detectado en el área de ubicación de Córdoba es, según la Policía, Francisco Javier Zuluaga Lindo, alias ‘Gordito’ o ‘El Gordo Lindo’. En ese lugar figura como comandante del bloque Pacífico, pero según la dirección de Investigaciones Judiciales (Dijin) ese es su refugio. Los orígenes de ‘Gordito’ en el narcotráfico se remontan al desaparecido cartel de Medellín. Este hombre, quien es prófugo de la justicia desde 1999 al ser solicitado en extradición por Estados Unidos, hizo parte de la organización de los hermanos Ochoa Vásquez y terminó de socio de Juvenal Madrigal, el capo que sucedió a los grandes carteles de la droga y cuya organización fue desmantelada por al Policía en la Operación Milenio. Zuluaga Lindo, nacido en Cali hace 34 años, es considerado por la Policía un hombre de un perfil violento, quien maneja grupos de justicia privada que se escudan bajo el nombre de bloque Calima, una organización creada por Diego

Fernando Murillo, conocido en las Auc como ‘Adolfo Paz’ o ‘Don Berna’ y quien ostenta el cargo de inspector del grupo irregular, al parecer, para proteger a los capos del cartel del Norte del Valle quienes, como Diego León Montoya Henao, alias ‘Don Diego’ pagan hasta 500 mil dólares mensuales a cambio de su seguridad, aseguran los informes en poder de las autoridades.

La Policía cuenta con indicios que el bloque Pacífico y el bloque Calima tomaron como base de operaciones el Valle del Cauca entre 1998 y 2001. Su primer golpe lo dio en el municipio de Yumbo con una serie de homicidios selectivos. Su labor también incluyó el arrebatarle a las Farc el control de la zona costera para afianzar la actividad del narcotráfico en esa zona, según consideraron los analistas de inteligencia de la institución.

El inspector

Al igual que ‘Gordito Lindo’, ‘Don Berna’ también se inició en el narcotráfico como miembro del cartel de Medellín. En los informes de la Policía figura como lugarteniente de la organización manejada por los hermanos Moncada, quienes terminaron asesinados por su socio Pablo Escobar.

‘Don Berna’ consiguió eludir la persecución de Escobar y, junto con Carlos Castaño y algunos miembros del cartel de Cali conformó el grupo Perseguidos por Pablo Escobar (Pepes). Después de incendiar las propiedades del capo, y colaborar con las autoridades en su cacería, se refugió en Córdoba, donde encontró la protección del grupo paramilitar liderado los Castaño.

Oficiales de la Dijin lo consideran, en este momento, como uno de los criminales con mayor poder en el país.

Los Castaño aprovecharon la estrategia de crear grupos de vigilancia privada para defender los intereses privados de la guerrilla, seguida en diferentes regiones de Colombia durante las décadas de los años de 80 y 90, donde cada grupo que se creaba contaba con sus propias formas de financiarse y con sus propias normas y formas de ejercer el control en su territorio, y comenzaron un proceso de unificación de diversos grupos bajo el nombre de las Auc.

Aprovechando este proyecto, concebido por Carlos Castaño como político, el ahora inspector de las Auc y Vicente Castaño, iniciaron este reparto de “franquicias a cambio de dinero”, aseguró la Policía.

Y aunque el actual máximo jefe de las autodefensas, Salvatore Mancuso negó esta práctica en su intervención hace tres semanas ante el Congreso, las autoridades cuentan con evidencias para afirmar que esta fue una de las razones que desencadenaron la desaparición de Carlos Castaño, el pasado 16 de abril tras los choques violentos en los cuales se presumió su muerte.

La aparición de Arroyabe

Los informes de inteligencia que son objeto de análisis por la Policía afirman que Vicente Castaño entregó en 2001, por cinco millones de dólares, el control del Meta, Cundinamarca, Bogotá, Boyacá y el Casanare a Miguel Arroyabe, un hombre nacido en Amalfi, Antioquia, quien estuvo preso por su presunta responsabilidad en el comercio clandestino de insumos químicos para el procesamiento de droga.

El objetivo de Arroyabe, consideraron los analistas de la Policía, fue hacerse al corredor estratégico que brinda el departamento de Casanare para conectar la zona de Guainía y Guaviare, donde están las grandes plantaciones de coca, con Venezuela, el centro del país, la Costa Pacífica y Caribe. De esta forma explican parte del conflicto con la organización paramilitar de Héctor Germán Buitrago, alias ‘Martín Llanos’, quien se apartó de las Auc.

La supuesta adquisición de Arroyabe del ejército privado en el Tolima aún es objeto de análisis. Aunque no descartan un posible plan para extender sus dominios, y consolidar rutas para el transporte de droga y armas utilizando la red vial del centro del país, tampoco descartan que, tal como lo denunció el representante Borja, intente crear una especie de ejército anónimo para continuar su lucha al expresar su voluntad de desmontar la totalidad del bloque centauros, tal como lo anunció el pasado viernes el comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo.

Para el comisionado, esta situación no existe. En una entrevista que dio para la cadena británica de noticias BBC de Londres, lo catalogó como una guerra de desinformación frente al proceso de paz con las autodefensas.

En sus últimos pronunciamientos, Restrepo ha reiterado que con organizaciones de narcotraficantes el Gobierno no va a negociar. “Ha quedado claro con las Auc que tienen que cesar todo vínculo. El Estado será implacable en ese caso. Si ellos tienen bienes ilícitos, que hayan conseguido con narcotráfico, robo de gasolina, extorsión, esos bienes les serán expropiados”, señaló.

Sin embargo, para los organismos de seguridad la forma con se extienden esta modalidad obliga a redoblar los esfuerzos de las autoridades para desvertebrar estas organizaciones que pueden ir cambiando de dueño conforme a los intereses de los capos del narcotráfico para mantener su negocio ilícito.

[Fuente: Vanguardia Liberal, Bucaramanga, Santander, Col, 15ago04]

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