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Ingresa al MIR en sus años de estudiante secundario, integrando el Frente de Estudiantes Revolucionarios, FER, en el Liceo de Hombres Nº 1, Enrique Molina Garmendia. Como dirigente secundario, se entregó por entero a organizar a los estudiantes en tomo a una línea revolucionaria que permitiera, junto a los trabajadores y el conjunto del pueblo, construir una sociedad más justa e igualitaria. Junto a sus demás compañeros impulsaron la consigna: ¡Estudiar, luchar y vencer!
Pronto afloraron sus cualidades como dirigente estudiantil, ganándose el respeto no sólo de sus compañeros de Partido, sino también del estudiantado en general, llegando a formar parte del Centro de Alumnos del liceo.
Es este el período del Gobierno Popular, época de confrontaciones ideológicas y políticas por implementar y definir una educación al servicio del pueblo, educación que los estudiantes revolucionarios definían como liberalizadora.
Egresa de la educación secundaria en 1972. Su compromiso político no implicaba dejar de lado su responsabilidad como estudiante, destacándose, además, como el mejor alumno de su promoción. Producto de ello el Centro de Padres del Colegio le hace entrega, como premio a su esfuerzo, del libro "La imaginación sociológica" de Wright Milis, anunciando su ingreso a la Universidad de Concepción, como estudiante de Sociología.
El año 1973, como estudiante universitario, participa en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Allí se encuentra cuando ocurre el Golpe Militar. La Universidad y la Carrera, obviamente, se cierran y el nuevo régimen desencadena la más brutal y sangrienta persecución a los dirigentes opositores. Patricio es uno de ellos. Denunciado por un ex compañero de estudios, es detenido y encarcelado el 29 de septiembre, quedando en libertad al mes siguiente. La dictadura no fue capaz de encontrar otro delito que no fuera el pensar diferente.
Desde esa época en adelante comienza la lucha en la clandestinidad. Como militante y revolucionario consecuente, se dedicó por entero a mantener encendida la llama de la resistencia. Es nuevamente encarcelado el 25 de octubre de 1974. Testimonio duro y amargo de las rejas de la opresión y el dolor son sus poemas, poesía testimonial y de combate. Sin embargo, ni golpes físicos ni psicológicos logran quebrantar al revolucionario. Ironía de la tortura fue salir fortalecido moral e ideológicamente. Venció la vida, venció el militante.
El 29 de octubre de 1975 sale en libertad. Se dedica a estudiar y a prepararse para ingresar nuevamente a la Universidad,- demostrando por segunda vez su capacidad e inteligencia; la primera fue como estudiante de Sociología en la Universidad de Concepción y, luego, como estudiante de Historia y Geografía en la Universidad de Chile, en Chillán.
Como militante del MIR, se aboca a realizar un trabajo político centrado en el frente estudiantil universitario. Es en aquella época que surgen, en este frente, una serie de instancias de lucha por las reivindicaciones más sentidas del estudiantado. Es en una de estas instancias en la que Patricio se destaca como dirigente público, entregado con entereza, honestidad y sacrificio a las luchas estudiantiles. Estaba donde había que estar, siempre en las primeras filas del combate, arengando en un aula universitaria o realizando una huelga de hambre.
Fue en el año '80 cuando, luego de duros enfrentamientos entre las autoridades y el estudiantado sobre la "Ley General de Universidades", se lleva a efecto la primera huelga de hambre en la zona Nuble, después de siete años de dictadura. Numerosos universitarios valerosos y decididos, acuerdan quedarse en vigilia, protestando por los abusos y arbitrariedades cometidas. Patricio encabezaba esta "rebelión" estudiantil.
Diversas son las acciones que se realizan y en las que Patricio juega un importante papel, respondiendo a la táctica estudiantil. Se liga el trabajo a otros sectores, como la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos-Chillán. Entre otras acciones que se realizan en conjunto con dicha organización, está la caravana de estudiantes y mujeres de Chillan que asisten a los funerales de los compañeros asesinados en Yumbel, por las fuerzas represivas del régimen, cuyos restos descansan en el Cementerio de Laja.
En el país se vive un ambiente de crecientes movilizaciones y unidad de los sectores sociales y políticos, en las cuales la Agrupación de Profesionales Democráticos juega un rol fundamental en la organización y movilización. Los profesionales, en la perspectiva de ligar su lucha con otros sectores sociales y organizaciones populares, se incorporan al Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU, organización a la que Patricio se integra, posteriormente, como miembro del Comité Ejecutivo Regional, siendo reconocido, nuevamente, por sus dotes de líder natural.
Lo lleva a la muerte su gran sensibilidad social, al tender la mano a quien lo necesitó, exponiendo su propia vida, como lo demostró ese fatídico 2 de julio. Se trataba de un grupo de chilenos que, hastiados de la brutal dictadura, empuñan las armas para enfrentarse, valerosamente, contra la mentira, la persecución y el crimen organizado. Herido un compañero se recurre a quien les podía ayudar. Patricio era el hombre indicado. No vaciló en acudir al llamado, a pesar de no tratarse de un compañero de su Partido, demostrando lo que venía postulando: la unidad de todos los sectores sociales y políticos de izquierda.
Patricio entregó su vida en aras de la unidad y la lucha por la liberación de nuestro pueblo.
