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Jane Vanini:
La brasileña que luchó por amorpor S.L.I./E.C.
Nombre
Jane VaniniLugar y fecha de nacimiento
Cáceres, estado de Matto Grosso, Brasil, 8 de septiembre de 1945.Especialidad
Secretaria de la revista Punto FinalLugar y fecha de muerte
Concepción, 6 de diciembre de 1974Actividades
Exiliada política brasileña
Gabriela Fernández era el nombre político de la eficiente secretaria brasileña de la revista Pimío Final. Y es que Jane Vanini, de 26 años, tenía ya un historial de persecuciones políticas en su país natal. Militante de la organización ALN, huyó de Brasil en 1970 rumbo a Uruguay. Después buscó refugio en Argentina y Cuba, donde trabajó en Radio Habana durante 1971.
Llegó a Chile a fines de ese año, en la efervescencia del proceso político de la época. Se incorporó al MIR y trabajó como secretaria en Punto Final. Era una época en que muchos brasileños, de distintas profesiones y militancias políticas, buscaron refugio político en Chile. Conoció al periodista José Carrasco Tapia, hubo romance y se hicieron pareja.
Después del golpe rehusó irse del país. Pidió en el Registro Civil una cédula de identidad a nombre de Carmen Carrasco Tapia, nombre de una hermana fallecida de José, y partió con éste a Concepción, en marzo de 1974. El 6 de diciembre, al mediodía, Pepe fue detenido. Ocultó su domicilio hasta las 10 de la noche, dando tiempo a Jane para escapar. Cuando lo condujeron a su departamento, a las 10 de la noche, pensó que ya estaría a salvo.
Cuando pasó la hora en que José debía llamar y tampoco aparecía, Jane buscó a sus compañeros para anunciarles que, si estaba preso y vivo, lo rescataría. Sus amigos salieron a dar aviso de la probable detención, pero viéndola tan decidida, antes la encerraron en un baño. Se escapó y se fue a su casa a esperar.. .con un Aka. Cuatro horas duró el combate.
Según la investigación que hizo después la madre de José Carrasco, disparaba desde todos lados. Los militares llegaron confiados, pero después creyeron que había mucho más personas. Pidieron refuerzos. Pepe supo después por un carcelero que en el departamento se encontró una carta: "Perdóname mi amor, fue un último intento por salvarte".
"Lo que más me llamó la atención fue el final, porque Gabriela era muy dulce y frágil", recordó Manuel Cabieses, su jefe en Punto Final. Los militares nunca entregaron su cuerpo, pero la Corporación de Verdad y Reconciliación terminó por reconocerla como víctima de agentes del estado. No tiene familiares en Chile.