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Declaración de Juan Pablo Cardenas sobre su despido como director del Diario Electrónico Primera Linea.
DECLARACIONEl Directorio de la empresa periodística La Nación, a través de su Gerente General, me ha solicitado verbalmente en el día de hoy mi renuncia como Director del diario electrónico Primera Línea. Se me dice que el suscrito ha perdido la confianza de quienes integran este organismo, pero no se me entrega ninguna razón al respecto, como tampoco se me invitó a participar de la sesión que hoy se realizó para tal efecto.
Ante ello, he respondido con mi negativa a dejar el cargo voluntariamente , solicitándole al Gerente que se proceda al despido y se cumpla estrictamente con los derechos que me asiste la Ley y el contrato de trabajo que firmé al integrarme a esta empresa periodística.
Se me dice que el Directorio de La Nación S.A. hace uso de sus prerrogativas, aunque su decisión vulnere derechos que están consagrados en nuestro orden institucional y valores asumidos universalmente. En fidelidad a la verdad, sin embargo, debo dejar constancia que apenas a 15 días de la fundación de este medio, el Presidente del Directorio, Sr. Francisco Aleuy, y el ministro Secretario General de Gobierno, Sr. Claudio Huepe, me expresaron personal y telefónicamente, en cada caso, que la voluntad del Gobierno de Chile era que yo hiciera cesación de mis funciones y que el Directorio de la Empresa no tenía otra opción que ejecutar la voluntad del Ejecutivo, habida cuenta que el Estado es el principal accionista de esta Empresa. En la ocasión,ambas personas me representaron la molestia de La Moneda por algunos contenidos publicados por Primera Línea. Ya, entonces, a ambos interlocutores les expresé mi negativa a hacer efectiva mi renuncia, toda vez que los contenidos aludidos eran expresión de hechos e interpretaciones que tenían base en nuestra indagación periodística y en el derecho que nos asiste como chilenos y profesionales a hacer uso de la libertad de expresión.
Es un hecho de la causa que el Directorio se atiene a instrucciones emanadas externamente de la Empresa. Tal acuerdo evidentemente no se funda en una evaluación de los resultados de nuestro trabajo profesional, sin duda exitoso en lo que se refiere a los lectores comprobados que tiene Primera Línea, el estricto uso de los recursos que se nos asignaron para tal tarea y la fidelidad de un trabajo con los objetivos claramente establecidos por la Empresa cuando decidió poner en ejecución nuestro proyecto editorial.
Quiero creer que en la instrucción de mi despido no ha concurrido el Jefe de Estado y que ésta más bien fue urdida en los corredores de La Moneda.
Por cierto que con la anuencia de sus representantes en el Directorio de La Nación, quienes han preferido doblegarse a la orden externa que asumir una actitud consecuente con los principios y valores democráticos que debieran sostener personas comprometidas con el ideario libertario proclamado con la fundación de la Empresa La Nación. Sería conveniente que los miembros del Directorio tuvieran un modesto acto de coraje y decencia y dieran las razones del retiro de su confianza. De otra forma, cada uno de sus nombres quedará inscrito en la larga lista negra de quienes en los últimos años han perseguido a los periodistas y clausurado medios que, a pesar de las enormes censuras y persecuciones, lograron romper el bloqueo informativo de la Dictadura y prevalecer a esas drásticas e ingratas circunstancias.
Al tiempo que denuncio y repudio este nuevo atentado cometido contra la Libertad de Expresión, dejo testimonio de mi gratitud hacia el equipo periodístico y administrativo que me acompañó en la tarea de fundar y desarrollar Primera Línea. Dejo constancia, asimismo, de la colaboración que tuvimos en el ámbito del Estado, los partidos políticos y las múltiples personas e instituciones culturales y sociales con quienes nos relacionamos en nuestro trabajo y que nos privilegiaron con su concurso espiritual y aporte informativo que nos llevó en tan poco tiempo a conquistar un espacio periodístico destinado a servir a la verdad, a la diversidad y a la búsqueda de una sociedad más democrática.
Forzado a dejar la dirección de Primera Línea, me despido de los miles y miles de lectores que a diario nos privilegiaron con su atención y estímulo. Nuevamente, me silencian, pero tengan la certeza de que mi vocación periodística me compromete en la búsqueda de otros derroteros para decir la verdad, denunciar la corrupción y promover una sociedad más justa.
Hasta pronto.
Juan Pablo Cárdenas Squella
Santiago de Chile, 10 Enero 2001
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