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22jun11


Indígenas a Evo Morales: “Esa carretera no va pasar por aquí, no nos favorece”


“Por qué viene a hacernos la consulta recién, cuando ya se está construyendo la carretera. Esa carretera no va a pasar por aquí, es todo lo que puedo decir”, afirmó en tono molesto y la mirada fría, Carmelo Yuco, corregidor de la comunidad trinitaria San Antonio del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), en el Polígono 5.

Yuco, alto, huesudo y algo encorvado, no comprende de las razones periodísticas que llevó a la Agencia de Noticias Indígena de Erbol arribar hasta el lugar donde habita él junto a sus compañeros. Su instinto lo obliga a desconfiar porque cree que venimos en representación del gobierno.

Como en él, los indígenas de la zona –varones y mujeres– están disgustados, indignados y preocupados por la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.

“Por aquí no va a pasar (la carretera). El Presidente (Evo Morales) debió hacernos la consulta primero, ahora no esperamos nada, sólo que vamos a proteger nuestras tierras”, aseguró Yuco ante la atenta mirada de las mujeres y niños que formaron un círculo alrededor nuestro mientras lo entrevistábamos.

San Antonio se encuentra a un día y medio de viaje navegando en canoa por los ríos Mamoré, Isiboro, Ichoa, Chimita e Imosa desde la ciudad de Trinidad, capital del departamento del Beni. Cuenta con una población de 50 familias aproximadamente, quienes viven de la agricultura, la caza y la pesca, como en la mayoría de las 64 comunidades indígenas del TIPNIS.

Desde el 2010, en esa población viven con la angustia de que en cualquier momento el segundo tramo del proyecto carretero pase por ese sector, lo que puede afectar a su habitad y al medio ambiente, y con ello se dé el ingreso de cocaleros, aseguraron los indígenas.

“Van a entrar los colonizadores, los cocaleros y con el tiempo van a lotear nuestras tierras, nos van a cobrar para ingresar a nuestras propias tierras”, lamentó Pabla Pamuri, presidenta de la organización de mujeres de San Antonio.

Recuerda que participó en la marcha de 1990, cuando indígenas llegaron a la ciudad de La Paz por el respeto y reconocimiento de sus tierras. “Marché junto a mi hija por nuestras tierras y el gobierno se comprometió a respetarlas y ahora quieren pasar por encima de nosotros”.

En abril de 1992 se emitió la Ley 1333 que cataloga al Parque Nacional Isiboro Sécure área protegida, que cuenta con una superficie de 1.335.000 hectáreas de bosques, ríos y planicies. Es una de las reservas naturales más ricas en biodiversidad de Bolivia.

Tipnis una reserva de comida y cobijo

A dos horas y media, caminando a pie desde la comunidad de San Antonio, se ubica la población Yurakaré Providencia dentro del Polígono 2, el corazón del TIPNIS.

Los indígenas, cuando llegamos, habían acabado de participar de la fiesta trinitaria y muchos se quedaron en sus casas, junto a sus familias. La zona es productora de maíz, arroz, plátano, entre otros productos, así como también algunas frutas silvestres. Crían animales domésticos, como gallinas y vacas.

Sin embargo, la gente del lugar se aprovisiona de alimentos a través de la caza y pesca en los montes del Polígono 2. Además, utilizan palmas y cortezas de árboles para la construcción de sus casas, escuelas y centros de salud.

Carmelo Roca es el corregidor de esa población y contó a la Agencia de Noticias Indígenas de Erbol que una vez al mes se adentran en los bosques para cazar, ya sea con flechas o escopeta animales como jochi, trompero y otros para su consumo. Todos los días salen a pescar en los río de la zona.

“Es para nuestro alimento, no los vendemos. Eso no comprenden, que todo eso puede cambiar para todos nosotros y qué va ser de nuestros hijos”, manifestó alarmado nuestro entrevistado.

El presidente de la organización indígena del TIPNIS, Adolfo Moye, quien fue nuestro compañero de viaje, relató que las 64 comunidades viven de esa forma y lo que se produce en la tierra es sólo para su consumo. Además, aún se mantiene el intercambio de productos conocido como cambalache o trueque. “No es mucho lo que se sacan, ni se pierde hectáreas de tierras. Existe un manejo sostenible de parte de los hermanos indígenas”, señaló.

Según Moye, con la construcción del segundo tramo de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos dentro del TIPNIS, la población joven –un 30%– se quedará sin casa.

No a los cocaleros y petróleo

En 1990, indígenas y colonizadores hicieron un acuerdo para que se asienten en un sector del TIPNIS, el Polígono 7; sin embargo, éstos rompieron el pacto al pasar los límites de su estadía.

Actualmente ocupan gran parte del Polígono 7, y en algunos casos, pasaron los márgenes del mismo para sembrar coca, por lo que en 2009 se generó enfrentamientos con los indígenas.

Por este hecho los chimanes tuvieron que emigrar al Polígono 1 del TIPNIS, porque no llegaron a convivir con la forma de vida de los colonizadores, la mayoría productores de coca.

“Si permitimos que la carretera se construya por acá, los colonos nos van a saquear toda la madera, los peces y las aves que hay en los montes. Nosotros eso lo cuidamos, nos mezquinamos. Qué hacemos si se termina dónde vamos a ir a dar, dónde vamos a sacar para nuestros hijos”, declaró Simona Cueva, que llevaba en brazos a su hija de dos años.

En ambas poblaciones el sentir de los indígenas es el mismo. “No tengo ganas de esa carretera, yo he ido a la marcha y he sufrido harto, es por eso que no quiero ni un poquingo. Para tener estos terrenos hemos luchado, a nosotros no nos beneficia para nada esta carretera, sólo los ricos se van a beneficiar”, dijo José Choa, de pelo encanecido.

Casi la mayoría de los 64 pueblos indígenas Mojeño, Chimán, Trinitario y Yurakaré, se encuentran establecidos en los polígonos 2, 4, 5 y 6 del TIPNIS, muy alejados de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.

La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) aún no cuenta con el estudio a diseño final del segundo tramo que pasará por el TIPNIS y que se inició a construir desde Villa Tunari, departamento de Cochabamba. Los indígenas presumen que ingresará por el Polígono 7, para continuar por el Polígono 2 y llegar hasta San Ignacio de Moxos, en el Beni.

Los indígenas aseguran que en la zona existe petróleo, que quiere ser aprovechado por el gobierno con la ejecución del proyecto carretero, puesto que éste se opone a otra alternativa de ruta desde el sindicato Castillo de Villa Tunari y Puerto San Francisco de Cochabamba, para conectar a Loreto, hasta llegar a Trinidad.

[Fuente: AINI, Erbol, Trinidad, 22jun11]

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