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08may22
Del "fiasco" del Sedeca al caos del MAS Tarija
Se cierra una semana en la que se ha confirmado que la legislatura no será un camino de rosas en Tarija ni mucho menos. Después de un año de acomodo, el Movimiento Al Socialismo (MAS) está de vuelta y la Gobernación empieza a entramparse con el entorno.
La muestra, la Sentencia Constitucional que obliga a restituir los derechos de los trabajadores del Servicio Departamental de Caminos (Sedeca) que fueron cesados al liquidar el organismo. El plan podía sonar bien, pero no ha colado, y por mucho que se empeñen los asesores del Gobernador en transmitir la idea de que han ganado, lo cierto es que han perdido, porque de lo que se trataba era de aligerar la carga salarial y, además, dejar de hacer obra directa. Ahora habrá que idear un plan para que los más de 300 trabajadores del organismo sean útiles.
Ese fue el plano detalle, el plano general muestra una Asamblea entrampada en la democracia misma, porque a alguien se le ocurrió que en Tarija podía haber 30 asambleístas y no 31 o 29 o 15, y ahora hay un empate que no hay quien lo rompa salvo que se acabe imponiendo el criterio de la alianza circunstancial del MAS con los dos asambleístas de Todos, Jorge Luis Sanguino y Francisco Rosas, que tienen libertad para operar. Esta alianza dice que el presidente de la Asamblea en funciones, Nicolás Montero, indígena guaraní, no debe votar, y entonces hay un 15-14 y aquí paz y después gloria, pero sería la primera vez que no vote un Presidente en estas mismas condiciones.
De momento los que asistieron a la sesión, es decir, la bancada de Unidos y los tres curules indígenas, que suman también 15, armaron una comisión "ad hoc" para tratar de solucionar el lío, aunque parece evidente que la cosa pasará por Tribunales, y si no está ya, es porque alguien está negociando de más.
Los escándalos nacionales
Mientras, a nivel nacional otra semana de escándalos y fricciones de esas que parecen definitivas, pero que difícilmente trascienden la semana. Veremos con estos temas.
El lunes el asunto fue el de la corrupción policial, esta vez focalizada en la Dirección de Vehículos (Diprove) a cuenta de un reportaje chileno que trajo a un equipo siguiendo una vagoneta robada en Valparaíso hasta la feria de autos de Yapacaní, donde se descubrió que altos cargos policiales estaban en el asunto.
Las respuestas políticas dejaron claros momentos colorados: un Ministro anunció un "operativo sorpresa", otro dijo que los malos policías del Diprove serían movidos a otras unidades (donde tal vez sí se pueda ser mal policía), otros cargaron con fuerza contra la otrora ejemplar y revolucionaria Policía… y de momento ya se tramita una nueva ley para una nueva nacionalización de autos chutos.
En paralelo, sigue coleando la soledad de Jeanine Áñez en su juicio, cuya sentencia parecía lista esta semana, pero se retrasó. Sus (supuestamente) más fieles colaboradores de la época se han negado a declarar a su favor, como el exsenador Óscar Ortiz, además de los que la empujaron a tomar el cargo, como Carlos Mesa o Tuto Quiroga, mientras que aquel que le juró lealtad y acabó huyendo, Arturo Murillo, dejando claro que su apego al estado de derecho es inexistente, propuso ser extraditado si Luis Arce le daba detención domiciliaria a Áñez… todo mal.
Al final de la semana la oposición se pudo relamer con su primer logro de la legislatura, aunque ni ellos mismos se lo creían: la votación del Defensor del Pueblo requiere dos tercios y ciertamente no los hay, ni mucho menos, así que las votaciones fueron nulas y nadie sabe por dónde salir.
El MAS filtró a la prensa un supuesto negociado con Creemos, y de ahí se pinchó. Ahora no queda claro quién tomará la iniciativa, pero lo apropiado sería un nuevo proceso de elección, tal vez con invitados y no con autopostulados. La cuestión es que difícilmente se podrá ahora quebrar a alguna de las bancadas.
La cuestión de los partidos
Mientras, va avanzando el calendario y la política institucional se va imponiendo a la partidaria. El MAS intenta pasar página de los pulsos internos y nadie se baja de su burro: Evo Morales sigue aspirando al control total del aparato y Luis Arce sigue sin pretenderlo oficialmente.
Eso sí, en las regionales y departamentales sigue pendiente todo, pues no ha habido Congresos y donde se apuntan, surge la división del nuevo MAS más contestatario consigo mismo a partir de 2019. En Tarija los jerarcas dicen estar con Evo Morales, pero tienen previsto expulsar a algunos de la vieja guardia, como a Pilar Lizárraga, como no claudiquen a sus deseos orgánicos. Casi nada.
Tregua trampa en el Gran Chaco
Después de un mes de pulso a cuenta de los límites municipales entre Villa Montes y Yacuiba, que involucran a la población de El Palmar y en suma, un buen pellizco de IDH y coparticipación, esta semana se han calmado ligeramente las aguas luego de nombrarse la solución concreta: referéndum.
En Villa Montes no tienen mayores problemas, pues tienen claro que El Palmar es su territorio y ahí llevan invirtiendo años, incluso con presencia del presidente Arce en las inauguraciones. Por su parte, en Yacuiba la simple mención de la palabra parece generarle problemas al alcalde Carlos Bru, que no quiere ver resuelto un problema que siempre genera polarización.
[Fuente: Por Miguel V. de Torres, El País, Tarija, 08may22]
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