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14mar10


El gas tarijeño es la base de los acuerdos: Presidentes Bolivia y Uruguay acordaron gas por mar mientras Brasil se desespera


Bolivia avanza en la consolidación de mercados de gas a Uruguay, Paraguay y Argentina, relativizando su actual dependencia del mercado brasileño, el cual se benefició con bajos precios y energía de "yapa" - propano, butano y otros gases licuables - que la recibió diez años a título gratuito desde 1999.

Durante la visita de flamante presidente de Uruguay, José Mujica, Bolivia y Uruguay ratificaron un acuerdo para avanzar en el negocio gasífero. En efecto, ayer en Cochabamba, 400 km al este de La Paz, Mujica reiteró la decisión de su país de importar gas natural boliviano, que también favorecería a la vecina Paraguay, durante la visita de Estado que realiza a Bolivia y tras encontrase con su homólogo boliviano Evo Morales, según la agencia ABI.

"Como los hombres viven y necesitan medios materiales que hagan sustentables en su hábitat, tener techo, casa, comida, trabajo, atender la salud, nosotros nos tenemos que ocupar de estas cosas concretas, de poder tener acceso al gas boliviano, importantísimo, por el costo de la energía que es determinante", recalcó Mujica, refiriéndose a que el gas que llega a esa zona del continente por medio de barcos metaneros, es sustancialmente más caro que el que exporta Bolivia a Argentina mediante gasoductos.

Sin embargo, el mandatario uruguayo planteó las dificultades logísticas que, de momento, representan tal emprendimiento.

"Por ahora, el problema es venderla, pero tenemos que entendernos y tenemos que pedir ayuda, a otros componentes de la patria grande (latinoamericana), que nos dejen pasar el gas, así como suena, y ahí entra el problema de las buenas relaciones", remarcó.

En un encuentro de más de una hora en un hotel de Cochabamba, ambos mandatarios "celebraron los avances que viene realizando la comisión técnica trilateral de cooperación e integración energética en las acciones dirigidas a consolidar la venta de gas natural por parte de Bolivia al Uruguay y Paraguay".

Mujica y Morales no definieron fechas, volúmenes ni precios.

De acuerdo con una declaración conjunta suscripta al cabo de la entrevista, "ambos presidentes instruyeron que las autoridades responsables del área energética lleven a cabo una reunión, a la brevedad posible, en la que se analicen las formas más viables para llevar adelante este cometido incluyendo posible vías de acción bilateral".

Morales se dijo de acuerdo con la operación que implicaría volúmenes de exportación adicional a los que Bolivia envía a Brasil y Argentina.

Bolivia posee la segunda reserva probable y probada de gas natural de Sudamérica: 47 trillones de pies cúbicos o 1,62 billones de metros cúbicos. Esos volúmenes, sin embargo, están sujetos a verificación por parte de una consultora recientemente contratada por YPFB, la empresa estatal del petróleo en Bolivia.

"El Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia manifestó su plena disposición para iniciar las exportaciones de gas a Uruguay", afirma la declaración conjunta.

Mujica y Morales tantearon la posibilidad de extender un ducto, desde un ramal argentino, a Uruguay y otro a la población de Clorinda, para surtir las necesidades energéticas de Paraguay.

Los gobernantes reunidos en Cochabamba, en el momento más alto de la relación binacional, "expresaron su satisfacción por la reciente concesión por parte de la Corporación Andina de Fomento, de fondos no reembolsables para realizar el estudio de pre factibilidad de un gasoducto que permita avanzar en el mismo sentido".

El acceso al mar en la agenda con Uruguay

Pero no sólo de gas se trata la renovada relación de Bolivia con Uruguay, luego de la toma de posesión del presidente Mujica, que profesa, con matices, la misma línea ideológica y programática del gobierno boliviano. En efecto, en el marco del rescate de la idea integracionista latinoamericana, Bolivia accederá al océano Atlántico por puertos de Uruguay, y el desarrollo de la Hidrovía Paraguay - Paraná, que ayudará a fortalecer el comercio subregional y bilateral, destaca hoy aquí una declaración conjunta, según la agencia de noticias Erbol.

Esa vía es estratégica para el transporte fluvial a lo largo del sistema hídrico del mismo nombre, en un tramo comprendido entre Puerto Cáceres (Brasil) en su extremo norte y Puerto Nueva Palmira (Uruguay) en su extremo sur.

Los países que comparten este sistema son Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

También, según la declaración, comisiones técnicas evaluarán la conveniencia de habilitar los puertos de Montevideo y Nueva Palmira para el tránsito de y hacia Bolivia de los diferentes productos de la nación suramericana.

Para viabilizar la venta de gas, ya se logró el compromiso de otorgamiento de créditos por parte de la Corporación Andina de Fomento (CAF) para la construcción de un gasoducto que permita avanzar en ese objetivo, dice el reporte informativo de Erbol.

Asimismo destacaron la necesidad de seguir fortaleciendo el mecanismo de integración trinacional URPABOL( Uruguay-Paraguay-Bolivia) en las esferas energéticas, comercial y económica.

Por su parte, Uruguay, como país ganadero, se comprometió a brindar toda su experiencia a Bolivia en la lucha contra la fiebre aftosa.

Uruguay desespera al Brasil

Los avances entre Bolivia y Uruguay, que atañen también a Paraguay, parecen desesperar a Brasil. El embajador brasileño en La Paz, Federico Cesar de Araujo, en conversación con Radio Fides ayer, señaló que su gobierno planea extender el contrato de exportación de gas por más de 20 años a partir de la conclusión del actual contrato que termina el 2019. El anuncio coincide con los acuerdos suscritos ayer con Uruguay, pero contradice, además, los anuncios de tipo político que el presidente Inacio Lula Da Silva hizo en dos oportunidades recientemente, en sentido de que Brasil no necesita ya gas boliviano y que si lo sigue comprando es porque quiere "ayudar" a su vecino pobre.

El tono de preocupación y desesperación parecen reflejados en anuncios mayores, los cuales, según algunos analistas consultados, sólo son distractivos cantos de sirena, que pretenderían evitar la consolidación de acuerdos comerciales que involucren a otros países como Uruguay, Paraguay o Argentina. Por dicha razón, según los analistas, el representante diplomático brasileño aseguró que más allá de extender el contrato de compra de gas a Bolivia, su país tiene "interés" en agregarle valor con un polo de gas químico, la cual se instalaría en Puerto Suárez. Para este fin, el próximo 7 ú 8 de abril de la presente gestión una misión de representantes brasileñas de la BRASKEM, a la cabeza del asesor presidencial para relaciones internacionales, Marco Aurelio García llegará al país.

Pero Brasil ya ofreció entre 1997 y 1999 varias inversiones que nunca cumplió. Las 24 termoeléctricas a ser instaladas en Santa Cruz, cerca a la frontera brasileña, cuya producción de energía en base a gas debía destinarse a vender este producto con valor agregado al mercado vecino, simplemente no cumplió y ninguna autoridad de ese país ni de Bolivia menciona hoy el asunto. Petrobras también se comprometió a desarrollar una industria petroquímica junto a YPFB. Esa promesa, ahora transformada en un vago "interés", tampoco avanzó.

Según el embajador brasileño en Bolivia, su país cuenta con informes técnicos de los yacimientos bolivianos, los cuales marcan un incremento de la producción, por ello planea la construcción de una planta de industrialización de gas químico para manufacturas.

Federico Cesar de Araujo, explicó que su país planea invertir alrededor de dos mil millones de dólares en la implementación de un polo de industrialización de gas en la población fronteriza de Puerto Suárez. "Las inversiones depende de lo que va ser el polo gas químico que, se está discutiendo, sería algo de alrededor de 2 mil millones de dólares, estamos viendo este polo con las autoridades bolivianas".

Brasil ya anunció con anterioridad la intención de industrializar el gas boliviano de los grandes yacimientos del sureste del país en un emprendimiento en el que está interesada la brasilera Braskem. "La Braskem está interesado en industrializar el gas hace 8 años atrás", manifestó el representante, pero nunca lo hizo. Por el contrario, desarrollaron su propia industria petroquímica en el Estado de Sao Paulo en base a los licuables del gas boliviano que beneficiaron a la economía brasileña que no pagó nada por esa energía.

[Fuente: El País, Tarija, 14mar10]

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