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30jul17


Mafias toman fronteras por hambre de droga y armas


El apetito voraz por la cocaína y la marihuana que se producen en Perú, Bolivia y Paraguay, además del mercado negro de armas de alto calibre, ha rediseñado la geopolítica del crimen en Sudamérica a raíz de que las dos grandes organizaciones criminales Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Vermelho, que nacieron en las cárceles de San Pablo y de Río de Janeiro, decidieron salir de sus estados para manejar por cuenta propia este multimillonario 'negocio' transnacional en la extensa frontera brasileña con los países vecinos, cuyos límites también han sido perforados.

Esta realidad se vive con mayor énfasis en el departamento boliviano de Pando, limítrofe con el departamento Madre de Dios de Perú y con los estados de Acre y Rondonia de Brasil. Ocurre lo mismo con Beni, en su caso con Rondonia.

En esta región norte del país las organizaciones criminales se aprovechan del escaso control policial en al menos nueve pasos fronterizos habilitados, como son los centros urbanos de Cobija con Brasileia y Epitaciolandia; Mapajo y Capixaba; Puerto Evo y Plácido de Castro en Acre; y Nueva Esperanza y Porto Velho (Rondonia).

Al extremo norte de Pando, las mafias usan los cruces de la población boliviana de San Pedro de Bolpebra con la ciudad brasileña de Asis y Iñapari de Perú; Extrema de Bolivia con San Lorenzo, cerca de Puerto Maldonado, departamento Madre de Dios de Perú; Soberanía (municipio de Filadelfia) con Santa María de Perú y Chivé con Puerto Hit de Perú, área por donde la droga es transportada solo por aguas del río Madre de Dios.

En el lado de Beni, el paso fronterizo utilizado por la delincuencia es el de Guayaramerín y Guajará Mirim, divididos por el río Mamoré.

Entran con Hilux robadas

Autoridades policiales brasileñas informaron de que el PCC no actúa directamente en esta zona, sino por medio del B-13, la facción local de Acre, que es su brazo operativo en el ilícito negocio.

La presencia del grupo B-13 en Cobija se hizo patente días antes de la captura de dos cabecillas de la banda en un hotel: Jorge Pisco Da Silva (44) y Luan Silva Santos (27). Aparecieron pintados al menos una decena de grafitis en la ciudad con la sigla del grupo integrado por unos 1.000 soldados, según la Policía Militar de Acre.

Fredson Araujo, comandante del 10º Batallón de la Policía Militar en Brasileia, explicó que estas bandas roban en Brasil camionetas Toyota Hilux, muy apetecidas en Beni y Pando, y las cambian por droga y armas en el lado boliviano; estos vehículos en Brasil valen 170.000 reales (Bs 340.000) y en Bolivia las venden en poco más de Bs 50.000.

El Cnl. Julio César do Santos, comandante general de la Policía Militar de Acre, manifestó que el PCC ha firmado acuerdos comerciales con las facciones de los estados fronterizos de Brasil, al encontrar resistencia de estos grupos cuando intentaron tomar el control del negocio de las drogas.

"El PCC y el Comando Vermelho no se focalizan tanto en Brasileia sino que están más interesados en Pucalpa (Perú), porque dicen que la cocaína peruana es la mejor del mundo y por eso se concentran en esa área. Los B-13 hacen los pequeños robos y dan apoyo al PCC en el tráfico internacional de droga para abastecer el consumo y para exportar las grandes cantidades de droga. El PCC es la mayor entidad federativa del delito en Brasil. Es un 'ultrameganegocio' que si no tuviéramos el apoyo de la Policía boliviana, nos demoraríamos mucho en combatirlo", dijo Do Santos.

Más control en Cobija

Actualmente, el cruce más vigilado es el de la capital pandina con Brasilea gracias a una alianza de trabajo conjunto entre las autoridades locales y las de Río Branco, capital de Acre, estado que se precia de tener el índice más bajo de criminalidad de todo Brasil por la ejecución de una política de seguridad basada en el control de la población carcelaria local.

El estado hace trabajar en la frontera de forma coordinada a la Policía Militar y a la Policía Civil, con el apoyo de la Policía Federal y la Policía Caminera.

En el lado boliviano la Policía creó el Grupo de Reacción Inmediata (GRIE) y, además, el comandante de la fuerza del orden en Pando, Cnl. Octavio Gutiérrez, y el viceministro de Seguridad Ciudadana firmaron el 26 de junio un acta de entendimiento con sus pares de Brasil y de Perú.

"Ese compromiso nos ha facilitado que tengamos permanente coordinación y que den capacitación a nuestros elementos en Brasil. Hace poco hemos tenido oficiales que se han preparado en operaciones de frontera contra las organizaciones criminales", dijo Gutiérrez.

El gobernador de Pando, Luis Flores, señaló que la cooperación entre gobiernos data de 2012 cuando se firmó un convenio con el gobernador del Acre, Sebastián Viana, y desde esa fecha los lazos de amistad se han estrechado y consiguientemente la seguridad ha crecido, aunque es consciente de que Bolivia necesita fortalecer la Policía, pues en la actualidad Pando tiene 680 agentes, a diferencia de Río Branco, que cuenta con más de 5.000 uniformados fuertemente equipados.

"En cambio, nosotros tenemos armas largas pero ya están pasadas de moda. Son armas que, si bien funcionan, no tienen la capacidad de las armas que tienen los delincuentes; incluso resulta difícil hallar los proyectiles. El comando general se ha comprometido en dotarnos antes del 6 de agosto armamento e insumos como chalecos antibalas y otros implementos", indicó el comandante.

[Fuente: Por Berthy Vaca Justiniano, El Deber, Santa Cruz de la Sierra, 30jul17]

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