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28ago16
'Esta es una cosecha de 10 años de política equivocada'
Luego de una semana fatídica del conflicto entre el gobierno y los cooperativistas mineros, cuyo desenlace tuvo como resultado fatal dos cooperativistas muertos y el "asesinato" del viceministro de Régimen Interior y Policía, Rodolfo Illanes, llegó el punto de inflexión de dicha coyuntura.
Rafael Puente, ex viceministro que en el primer gobierno de Evo Morales ocupó el mismo cargo del Illanes, describe cómo los cooperativistas mineros gozaron de una década de preferencias y beneficios otorgados por el gobierno, en una política equivocada de Evo Morales, que de ser aliados en estos diez años; ahora se constituyen en los enemigos a muerte.
P. ¿Por qué se llegó a este extremo de hechos luctuosos?
R.P.: El fondo de la cuestión es que estamos cosechando de manera muy dura y difícilmente reversible los frutos de diez años de una política equivocada. Efectivamente, durante estos años, el gobierno se ha dedicado a criar cuervos y uno de ellos son los cooperativistas que hoy "están sacando los ojos", cuya víctima ha sido nada menos que una autoridad del Estado como es el viceministro Illanes.
P. ¿Cómo se explica eso?
R.P.: Pasa que desde el 2006, este sector era bien visto por el gobierno de Evo Morales y la base de todo está en esos privilegios que gozaron los cooperativistas a lo largo de toda una década. El error fue que el presidente entiende o cataloga a los cooperativistas como una fuerza con la que vale la pena contar, sin tener un conocimiento cabal de lo que son las cooperativas. Entonces, a tal extremo que el primer Ministro de Minería resultó siendo un cooperativista minero (Wálter Villarroel). Ese fue el primer error.
P. ¿Evo no reparó y confió en este sector?
R.P.: Convencido, en principio creo que de muy buena fe, el gobierno creyó que este sector era muy valioso a lo largo de este proceso de cambio. Sin embargo, desde el principio, me refiero que el 2006, poco antes de dejar el Viceministerio de Régimen Interior, yo viajé con el ministro de minería a Huanuni, ya entonces en un conflicto con los mineros asalariados, tuvimos que escapar del pueblo, ya que nos impedían que saliéramos de la zona. Entonces, ya se veía venir que las cosas estaban muy feas a partir de las pretensiones de este sector. Y podo tiempo después, se produjo un enfrentamiento y hubo muertos en Huanuni.
P. El gobierno ¿qué hizo por entonces?
R.P.: Ante esos hechos, evidentemente Evo quedó impresionado, que por cierto le creó tremendos problemas, el más grave fue ese hecho de Huanuni. De ahí si bien modera el problema, dado que desde entonces no nombran más ministros cooperativistas, pero no deja de favorecer nunca a este sector, hasta el extremo que en la nueva Ley Minera, ellos aparecen como los grandes beneficiados, donde además solo les pide el Estado pagar solo 1% en términos de regalías, lo cual es un barbaridad. En todo eso es nomás responsable el gobierno.
P. En ese contexto ¿cómo caracteriza usted a las cooperativas?
R.P.: No hay que olvidar que las cooperativas auténticas surgieron luego de la medida neoliberal (Decreto 21060) del gobierno de Víctor Paz Estenssoro, como alternativa para superar el impacto de la relocalización. A partir de eso empezaron a volverse importantes y se multiplicaron, como el reducto de trabajadores pobres, que no sabían hacer otra cosa que la minería.
A partir de esa imagen, los cooperativistas modernos fueron apoderándose de yacimientos y de concesiones mineras. Hoy se constituyen, bajo el manto de las cooperativas, como empresas mineras y sobre todo salvajes, donde la explotación se da así de puro y simple, al estilo de lo que describen las novelas de Charles Dickens del capitalismo británico. En el caso de las mineras, no existe ninguna auténtica, son la mayoría disfraces de otro tipo de empresas. Entonces ahí están las causas fundamentales del asunto.
P. ¿Es posible plantearse cómo debió manejar el gobierno este conflicto?
R.P.: Es muy difícil concebir en este momento de cómo el gobierno debió enfrentar este problema o manejar el conflicto de manera saludable. Es difícil, no me atrevería a decir. El gobierno no puede, aunque quisiera o estuviera convencido que vale la pena mantener el error original de confiar en las cooperativas, ahora es difícil que el gobierno pueda seguir dando esos beneficios que ellos piden.
P. ¿No hay condiciones?
R.P.: Claro, más aún por el impacto de los bajos precios de los minerales y los ingresos a nivel internacional que influye en el nuestro, el gobierno no está en condiciones ahora de seguir manteniendo los beneficios especiales, excepcionales e irracionales, del los que gozaban las cooperativas.
P. ¿Ahora qué hacer, dado que el conflicto persiste?
R.P.: Es difícil para el gobierno cómo encarar el problema. Pasa que este sector ha rebasado todos los límites posibles de cumplimiento que pueda tener el gobierno. Ellos desde ya gozan de beneficios, cuya demanda actual ha pasado lo irracional. Yo no le veo restablecer un diálogo, dado que el gobierno no puede darse el lujo de tener un sector privilegiado en momentos que la minería están en situación difícil.
P. ¿Se rompió esa alianza?
R.P.: De hecho ya se produjo la fractura, más allá de lo que puedan discutir o firmar un acuerdo. Es más, si fueron capaces de asesinar a una autoridad del Estado no se puede seguir sosteniendo una alianza.
Se deduce que no hubo voluntad de diálogo
Extremo: A pesar de los beneficios, las concesiones mineras, los cooperativistas en su ejercicio de poder social y económico en el país, según Puente nunca este sector estuvo dispuesto a resolver el problema a través del diálogo.
Injusticia: Puente recuerda que los cooperativistas mineros se convirtieron en los últimos años en utilizar sus mecanismos de lucha a través de dinamitazos. A ello, el 1 de mayo el gobierno comete el error de restablecer el uso de la dinamita en las protestas sociales.
Crisis, Según la exautoridad del Estado, el gobierno debe tener la suficiente capacidad de autocrítica.
[Fuente: Por Ismael Luna Acevedo, El Día, Santa Cruz de la Sierra, 28ago16]
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