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15mar18
La demanda marítima, sus usos y derivaciones
Resulta altamente probable que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), después de los alegatos de Bolivia y Chile, emita sentencia determinando que ambos países deben abrir una negociación de buena fe dirigida a solucionar la forzada mediterraneidad boliviana, cometido en el que Chile debería honrar las propuestas que presentó a Bolivia, en diferentes momentos, en el pasado. En el marco de la demanda boliviana, ¡eso y nada más que eso puede salir de la CIJ!
Se necesita, por ello, revisar las propuestas chilenas que el Gobierno boliviano demandó sean honradas. Por el reducido espacio disponible, resumiremos a continuación los puntos centrales sólo de las ofertas discutidas después de la firma del Tratado de Lima suscrito entre Perú y Chile en 1929; es decir, lo esencial de las notas diplomáticas de junio de 1950, los planteamientos realizados después del Abrazo de Charaña, a mediados de los años 70, y la ronda de conversaciones de los años 80, denominada del "enfoque fresco", más un par de aportes de la Resolución 426 de la OEA, exitosamente concertada por Bolivia en 1979:
1. Cesión de una franja territorial a Bolivia hasta el océano Pacífico, bajo soberanía boliviana, ubicada entre la Línea de la Concordia (actual frontera peruano- chilena) y el norte de la ciudad de Arica, incluyendo el territorio marítimo (mar territorial, zona económica y plataforma submarina). Fórmula presentada por Chile en 1975.
2. Compensación territorial a Chile por la entrega del corredor, "con una superficie equivalente al área de tierra y mar cedida a Bolivia". Esta exigencia fue parte también de la propuesta chilena de los años 70.
3. En 1950, empero, Santiago había expresado su "predisposición a estudiar en gestiones directas con Bolivia la posibilidad de otorgarle un acceso soberano al mar" con compensaciones que no tengan carácter territorial.
4. Chile planteó dos compensaciones no territoriales probables: el uso de las aguas del lago Titicaca (transmitida al presidente estadounidense Harry Truman, en el marco de las notas de 1950) y el aprovechamiento de la totalidad de las aguas del río Lauca por parte de Chile (demanda notificada en los años 70).
5. Consultada la fórmula chilena de 1975 con Perú, el gobierno de este país respondió que: a) aceptaba la cesión de la franja territorial a Bolivia con soberanía, pero sólo hasta la carretera Panamericana, b) "establecimiento en la provincia de Arica, a continuación del corredor, de un área territorial bajo soberanía compartida de Perú, Bolivia y Chile, situada (…) entre la Línea de la Concordia, la carreta Panamericana, el casco norte de la ciudad de Arica y el litoral del océano Pacífico", c) constitución de una administración portuaria trinacional en Arica, y d) concesión a Bolivia del derecho a construir un puerto bajo su exclusiva soberanía. Chile rechazó la contrapropuesta peruana, lo que prácticamente cerró la negociación abierta en Charaña.
6. La Resolución 426 de la OEA recomendó a ambas partes considerar el planteamiento boliviano de no incluir compensación territorial y, además, la creación de una "zona portuaria de desarrollo multinacional integrada", acercándose así a la visión peruana.
Una década después, en 1986, se registró un nuevo episodio de conversaciones en Montevideo, oportunidad en la que Bolivia retomó la idea de la cesión de la franja territorial con soberanía al norte de Arica y planteó, esta vez, la "cesión de un enclave que no perjudique la continuidad territorial de Chile". La respuesta no se hizo esperar, el gobierno de La Moneda rechazó sin mayores consideraciones la iniciativa boliviana, tornando el "enfoque fresco" en papel mojado.
Estos son los ejes temáticos que reaparecerán después de la sentencia que emita la CIJ y formarán parte, de una u otra manera, de las futuras conversaciones entre Bolivia y Chile. Para nosotros, las y los bolivianos, desechando los mensajes sectarios que abundan hoy día, llegó la hora de pisar tierra y de recordar una lección histórica: el fracaso de las negociaciones abiertas con el Abrazo de Charaña no sólo postergó el anhelo marítimo nacional, determinó también la caída del gobierno autoritario de Hugo Banzer.
Carlos Böhrt I. es Ph. D. en Derecho Constitucional y Derecho Penal.
[Fuente: Por Carlos Böhrt, Página Siete, La Paz, 15mar18]
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