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21sep08
El control crece en la frontera con Brasil y los uniformados anotan el paso de cada boliviano
Militares brasileños llevan el apunte de cada boliviano que pasa a la población de Brasilea proveniente de Cobija. Una semana después del autoexilio masivo de grupos cívicos-prefecturales y de campesinos, la seguridad en la frontera con el país más grande de la región ha sido incrementada.
En la reciente Cumbre Extraordinaria de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), el presidente Evo Morales pidió a su homólogo Luiz Inácio Lula da Silva que le ayude a ejercer un mayor control en la frontera.
Además, el Ejecutivo boliviano solicitó al Gobierno brasileño la expulsión de los cívicos refugiados en ese país, entre ellas la presidenta del Comité Cívico de Pando, Ana Melena de Suzuki, por su presunta participación en la matanza de al menos 15 campesinos, hecho ocurrido en la comunidad de Porvenir el 11 de septiembre.
En las últimas horas el control practicado por las Fuerzas Armadas del Brasil se ha intensificado. Desde ayer, todos los bolivianos que pretenden cruzar la frontera e ingresar a la población de Brasilea deben identificarse previamente y señalar el motivo y destino de su ingreso. Los militares del vecino país anotan el nombre y número del documento de identidad de todos aquellos que ingresan, incluso los medios de prensa son interrogados, aunque su ingreso es más fácil.
Antes, el único control de la parte brasileña era una tranca de Aduana dedicada a verificar las importaciones y exportaciones. Ahora, está cerrado el paso a cualquier automóvil o motocicleta de parte de ambos países.
La vida de Cobija, por lo menos de los sectores acomodados, no puede deslindarse de Brasilea. El comercio de esa localidad y Epitazolandia (la otra población brasileña limítrofe) es mucho más diversa que el que se puede encontrar en Cobija. En fines de semana y ocasiones especiales, varios cobijeños cruzan la frontera para servirse un plato de comida. Brasilea queda a diez minutos caminando de la plaza principal Germán Busch.
Un puente, que pasa sobre una desmembración del río Tahuamano, separa a las dos naciones. Este puente fue inaugurado por los ex presidentes, Alejandro Toledo (Perú), Carlos Mesa (Bolivia) y el actual mandatario del Brasil Luiz Inacio Lula da Silva, el año 2004. El puente “de la amistad” no debía tener la presencia de militares según el acuerdo inicial, pero el estado de sitio en Pando ocasionó que se llegue al control actual.
La medida de excepción dictada por el Gobierno el 12 de septiembre como reacción a la “Masacre de Porvenir” derivó en esta situación. El ingreso de los militares a Cobija y los primeros diez confinamientos, efectivizados el pasado lunes, provocó el traslado masivo de miembros del Comité Cívico de Pando y de antiguos funcionarios de la Prefectura departamental al vecino país.
El miércoles pasado, Brasil tomó las primeras medidas al respecto. En aquella oportunidad la Aduana cerró las importaciones y exportaciones con Bolivia de manera temporal por “falta de condiciones de seguridad”. El acto afectó a los dos puntos de ingreso próximos a Cobija, el de Brasilea y el de Epitazolandia.
La cantidad de bolivianos autoexiliados en Brasilea no ha podido ser determinada, sin embargo, Doris Domínguez, vecina del lugar, no duda en señalar que se trata de gente de la Prefectura y del Comité Cívico. “Ya no se ve a ninguno de ellos, aquí nos conocemos todos pero ya nadie aparece, todos se pasaron al otro lado”.
Los cobijeños comentan que en el lado brasileño están los familiares del prefecto Leopoldo Fernández. Por ejemplo, dijeron, llama la atención que uno de los locales más frecuentados de la ciudad, el “Lennon”, propiedad del hermano de la autoridad, es de los pocos que aún no ha reanudado actividades, siendo que casi todos los establecimientos ya están funcionando.
El viernes, en comunicación con La Prensa, el fiscal de Distrito, Eloy Aspetti, dejó saber que en las próximas horas se expenderán nuevas órdenes de aprehensión, pero informes de Inteligencia señalan que la mayoría de los posibles detenidos se encuentra en Brasilea.
Un acuerdo entre Brasil, Perú y Bolivia señala que no haya militares en el puente “de la amistad”.
Los militares brasileños anotan el nombre y número del documento de identidad de los bolivianos.
[Fuente: La Prensa, Cobija, 21sep08]
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