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29may14
La sabiduría del Mburuvicha histórico
Ruben Arunka, considerado por el pueblo guaraní de Itika Guasu como un Mburuvicha histórico porque siempre ha estado del lado de su pueblo tanto en las buenas como en las malas, tanto en la carencia como en la bonanza, ha hablado en este 29 de mayo de 2014 a la multitud congregada en Asamblea. Su ceguera, causada por un glaucoma, no le impide dirigirse con voz firme y enérgica a los cientos de guaranís allí reunidos. Sus palabras resuenan entre las 29 comunidades presentes, una amplísima y holgada representación de todas las que componen la APG IG.
Así, ante la multitud presente, Arunka recordó a todos y en especial a los más jóvenes, los tiempos en que dieron sus primeros pasos como organización, cuando 56 guaranís comenzaron el largo camino para encontrar la tierra sin mal, en condiciones del todo adversas, porque a pesar de que se pretende ocultarlo, su condición era de hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes y viejos empatronados, subyugados, es decir, que vivían en condiciones de esclavitud, y, por las paradojas de la vida, los patrones de ayer gozan hoy del poder político.
Arunka recordó a todos quiénes eran los patrones, que son los mismos quienes hoy siguen regodeándose en la provincia y cómo esos individuos los trataban igual o peor que animales, les hacían comer en bateas como si fueran perros y se aprovechaban de las kuñas jóvenes.
Rubén Arunka, de la comunidad de Ñaguañaurenda, preguntó a la Asamblea reunida si se podía permitir que 8 guaranís, refiriéndose a los Arevayo y los Novillo, tan publicitados por la prensa tarijeña por defender con uñas y dientes al karai, podrían doblegar a un pueblo que aprendió a luchar para ser iyambae.
Preguntó con voz firme a los presentes si no ha llegado el tiempo de dar castigo a esos malos guaranís, castigo no por maldad, sino para hacer respetar su organización. "Han violado nuestra ley interna, se han burlado de nuestra autoridad y eso no puede permitirse", dijo.
Lo expresado por Rubén Arunka evidencia la existencia de una organización legítima y legalmente constituida: la APG IG, que, aunque a muchos les pese, existe legalmente al amparo del ordenamiento jurídico boliviano, y, por lo mismo, debe ser respetada por diestro y siniestro, máxime en el marco de un Estado que se adjetiva "Plurinacional".
Así mismo, producto de la transformación que ha vivido nuestro país, los pueblos indígenas no sólo han sido reconocidos en la retórica, sino que este reconocimiento va más allá. Cuando el Mburuvicha histórico de la APG IG hace mención a su "ley interna", sus palabras encuentran sustento jurídico en la Ley de Deslinde Jurisdiccional, según la cual, los indios, su organización, sus autoridades, deben ser respetados, de manera especial por los propios indígenas originarios, pero también por los no indígenas. Tal es así que esta ley dispone expresamente que las decisiones tomadas en el marco de sus instituciones propias, no pueden ser objetadas por autoridad judicial alguna.
Pareciera muy elemental lo dicho pero, por muy elemental que sea, no cabe en el pensamiento de personas que tienen como profesión el periodismo y que, por lo menos en Tarija, ante los acontecimientos que se suceden con el pueblo guaraní de Itika Guasu, lo menos que se puede decir es que actúan como aprendices de periodista.
A los hechos me remito. Una noticia es la descripción de la realidad, o parte de ella. Asimismo, el ejercicio de la profesión del periodismo exige un mínimo de esfuerzo investigativo y bastante lectura, ha de ser respetuosa de lo que se conoce como deontología periodística, la ética profesional.
Sin embargo, pareciera que en la ciudad de Tarija nada de eso es necesario para hacer periodismo, ya que cualquier hijo de vecino puede arrogarse representación y, de buenas a primeras, injuriar y calumniar, de modo que la prensa se convierte en la vocera, es decir convierte en noticia, en hecho noticiable lo burdo, lo despreciable, y peor aún, lo que no es real. Que la APG Itika Guasu haya constituido el primer fondo de inversión de propiedad indígena, no sólo de Bolivia, sino de América Latina, para la prensa local no es noticia. En cambio, que un grupo de sujetos, entre los que se cuentan funcionarios públicos, digan que se roban la plata, eso sí es noticia aunque no sea cierto.
Errar es de humanos, pero cuando la actuación periodística no se inmuta ante los hechos parece ser que algo ocurre, que hay gato encerrado.
Otro ejemplo: El pasado 20 de mayo de 2014, alrededor de 80 guaraníes hombres y mujeres, autoridades de 23 comunidades, entre ellos el Mburuvicha histórico Rubén Arunka, acompañaron al presidente de la APG IG cuando éste dio una conferencia de prensa en la ciudad de Tarija ante un número considerable de periodistas de distintos medios de comunicación.
Lo grave es que ningún periodista los vio, los fotografió y, peor aún, los reflejó en su trabajo periodístico. No aparecieron esos 80 hombres y mujeres, fueron ignorados de manera cruel por los profesionales de la comunicación de Tarija; eso sí, los representantes de la prensa allí presentes tuvieron ojos, cámaras fotográficas, micrófonos y tinta para reproducir a un grupillo completamente marginal de guaranís, muchos de ellos funcionarios públicos, quienes violando el Estatuto de Funcionario Público y ante la complacencia de su empleador, declaraban públicamente que estaban prestos a delinquir, pues ¿qué nombre le darían ustedes a lo que el Mburuvicha histórico se refirió como "violación de nuestra ley"?.
Para mayor comprensión del panorama: la prensa tarijeña fue testigo de lo expresado por la mayoría guaraní y su representación legítima y legal, ya que estaban presentes para hacer oír su voz 80 hombres y mujeres representando a la mayoría de las comunidades pertenecientes a la APG IG. No obstante, los periodistas prefirieron cerrar los ojos, apagar la cámara y poner en mute los micrófonos radiales... no sabemos si por conveniencia o mediocridad, poco importa el porqué. Lo cierto es que cerraron sus ojos a la realidad y la distorsionaron de manera inmisericorde, pues fotografiaron a los funcionarios públicos, que no sólo han sido procesados y condenados por las leyes internas del pueblo guaraní de Itika Guasu, sino que han sido denunciados formalmente por el mismo ante el Ministerio Público, tal y como se informó en la mencionada rueda de prensa. Sorprendentemente, tan "nimio hecho" les fue del todo indiferente, e igual dieron voz a este grupúsculo, publicaron la sarta de dislates y una vez más quisieron tapar el sol con un dedo.
No conformes con semejante falta a la ética periodística, concepto de difícil comprensión en el departamento de Tarija, algunos de los llamados "profesionales del periodismo", amparados seguramente en su filiación al sindicato de la prensa, sus estudios universitarios o su empirismo, insisten en dar cobertura a esos mozalbetes, sin darse el trabajo periodístico de verificar si lo que ellos propalan como verdad tiene sustento. Pareciera que el criterio periodístico en la ciudad de Tarija radica en que todo lo que sea echar lodo es suficiente para tener categoría de noticia.
Los hechos lo demuestran. La prensa tarijeña es incapaz de ver y, por lo mismo, de informar lo que en realidad pasa: que es una numéricamente despreciable y cooptada minoría la que está del lado de un grupo de funcionarios públicos empecinados en destilar afirmaciones falsas de pura falsedad; que hoy 29 de mayo de 2014 la mayoría está reunida en Asamblea, convocada por sus autoridades, autoridades legítimamente elegidas y asamblea legalmente constituida. Recordemos que por las ondas radiales, por las hojas del periódico, los "periodistas" decían que con los funcionarios públicos estaban 18 comunidades, después "informaban" que eran 14 comunidades, después rectificaban sus datos y mencionaban 16 comunidades... También, los "periodistas" informaban de manera oficiosa el conflicto y supuestas malversaciones, pero ocultaban que el asambleísta indígena en la Asamblea Legislativa Departamental, que incluso estuvo al frente de la presidencia de la misma, había sido impugnado por la APG IG en el 2010. Ocultan las sanciones a los funcionarios públicos que hoy son las "estrellas" de los medios, sanciones emitidas en el marco de la Ley de Deslinde Jurisdiccional y que no datan de hace unos días, sino de octubre de 2012. Ocultan el hecho de que la denuncia pública de malversación de fondos que hacen contra la APG IG no tiene sustento, por lo que no debiera ser noticia, ya que el manejo económico de la APG IG está auditado y depositadas las auditorías en el Colegio de Auditores de Tarja, como lo establece la ley. Ocultan que esos funcionarios públicos están siendo investigados por la comisión de delitos...
A pesar del despliegue mediático en favor de este grupúsculo, hoy la realidad es que son los menos los que están de parte de esos funcionarios públicos y la verdad es que el pueblo guaraní de Itika Guasu está fortalecido, que el directorio de la APG IG no está en cuestión, y que se apoya de manera decidida la continuidad de los programas de salud, educación y producción que se vienen implementando desde el año 2011.
De todo lo que se publicita, da vergüenza ajena, que medios de comunicación como ACLO Tarija, que otrora eran paladines de la justicia, que sufrieron incluso embates violentos por decir la verdad, sean los principales publicistas de un grupo conformado por la Subgobernación que no respeta a autoridades como el Mburuvicha histórico Rubén Arunka, y que, en base a la mentira, al odio y al dinero que reparten a manos llenas, pretenden deshacer una de las pocas, sino la única, organización de Bolivia que se ha constituido en ejemplo, no sólo para los indígenas bolivianos, sino también para indígenas de otras latitudes, como se dio en el caso de la lucha del Pueblo de Sarayaku en Ecuador, que se valió de la Sentencia Constitucional 2003/2010-R del Itika Guasu para hacer frente a la empresa Chevron.
Eso no es motivo de noticia, y se entiende que no lo sea para medios privados como El País, El Nacional, El Nuevo Sur, que pertenecen a empresarios claramente racistas. Pero que para los ACLO, para los ERBOL, no merezca ser objeto de investigación periodística, es cuanto menos para llorar sin consuelo. Lastimosamente, en Tarija, los periodistas están más preocupados de "acuerdos secretos", de falsas afirmaciones, y de promocionar al grupúsculo de actuación racista conformado por la Subgobernación, y, haciéndose eco de la ignorancia que impregna a ese grupo de guaranís, los periodistas pretenden insistir en darles cobertura, aún a sabiendas de que los hechos objetivos, la insuperable realidad, es que la APG IG se ha convertido en un referente para las comunidades indígenas de Bolivia y, por increíble que parezca, en un referente de cómo usar óptimamente y en aras del bien común los recursos de que dispone.
En fin, el periodismo tarijeño está demostrando con creces que no tiene nada de profesionalismo, no tiene nada de ética, y muy bien puede estar catalogado dentro de lo que se ha venido en llamar en la jerga de los teóricos de la comunicación como mercenarios de la información.
[Fuente: Por Henrry Guardia Mérida, antropólogo y técnico de la APG IG, Guaye, 29may14]
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