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26ago12
Más de 25 heridos por las corridas, balas de goma y golpes
La madrugada cargaba indicios de que se aproximaban horas tensas en el ingenio El Tabacal. Y así fue. Volaron piedras, hubo una balacera, llantos, quema de gomas en varios rincones, vidrios rotos, heridos y una serie de enfrentamientos entre policías y piqueteros del Sindicato de Trabajadores del Azúcar.
La violenta jornada dejó un número incierto de heridos con balas de goma y golpes diversos, intoxicados por los gases, y cientos de familias atemorizadas y nerviosas por los sucesos. Desde el hospital de Hipólito Yrigoyen confirmaron anoche que allí recibieron a 28 personas entre heridos e intoxicados. Según la Policía, hubo al menos seis efectivos heridos en la jornada.
La tensión se encendió a la madrugada, cuando los piqueteros esperaban que la Policía o Gendarmería los desaloje del trazado nacional. "Estamos dispuestos a todo", arengaban.
Cada grupo se rodeaba de palos, fierros y piedras. Antes del amanecer y aún sin la presencia policial, jugaban a las cartas, escuchaban radio o tomaban bebidas alcohólicas. A cada instante, una sirena despertaba la efervescencia.
"Que vengan, no nos vamos a ir hasta que la empresa dé un paso atrás con el despido de los 57 compañeros", repetían los manifestantes. Mientras tanto, niños, abuelos, embarazadas y otras personas tenían que bajarse de un colectivo o remis, pasar entre las gomas quemadas y hacer trasbordo para ir a Pichanal o a Yrigoyen.
A la una, los piqueteros liberaron el paso, solo una hora, para todo tipo de vehículos. Luego volvieron a apropiarse de la ruta hasta las 8.
Los sindicalistas seguían esperando que la Policía o Gendarmería se acercara a desalojar la ruta. Y más de uno se sorprendió cuando se enteraron de que los efectivos provinciales solo venían a dar "vía libre" a un camino alternativo en El Tabacal.
Vía alternativa
A las 10, desde Yrigoyen avanzó la primera columna policial. Al verlos, los manifestantes volcaron dos acoplados sobre la ruta. Desde entonces, ningún automóvil pudo circular, solo personas a pie.
"Apurá, metele, corré", gritaban varios que huían de la disputa.
La Policía logró tomar el control del camino alternativo, paralelo al trazado del pavimento, y otro grupo de uniformados se apostó frente al ingreso de El Tabacal.
A la siesta hubo "una tregua". Por el camino alterno, que parte desde la entrada a Yrigoyen y sale en la ruta 50, a cuatro kilómetro de Pichanal, empezaron a circular los automóviles y camionetas. Después se permitió el paso de camiones de gran porte. La traza provisoria que se ordenó abrir a través de una orden judicial se introduce entre las plantaciones de caña de azúcar. Si bien varios tramos están custodiados, el recorrido es precario y con una visibilidad reducida por la tierra que se levanta.
Para evitar que se desinflen los efectos del corte de la ruta 50, un grupo de manifestantes quiso inutilizar e inundar parte del camino alternativo, cerca de Pichanal. A la tarde, se enfrentaron a los efectivos y los agredieron con hondas. Un joven tiró una bomba de estruendo al lado de un caballo y el uniformado terminó en el suelo.
Otros tres policías salieron lesionados de ese enredo. A las 18, cuando se dio lugar a una tensa calma, un cordón policial se ubicó en la parte trasera del ingenio. Y empezaron las corridas, gritos. Las ambulancias entraban y salían del predio. La mayoría de los trasladados eran personas afectadas por los gases lacrimógenos.
Las calles y la plaza quedaron cubiertas de proyectiles, vidrios, piedras y restos de fuegos artificiales. En el sector cercano a la planta se oían disparos. De repente, la hostilidad entró en un valle.
Sin embargo, los manifestantes seguían armados, los policías estaban en el predio y la ruta 50 continuaba bloqueada. Al cierre de esta edición, el conflicto estaba en pausa, pero la tensión seguía firme.
Agreden al equipo de El Tribuno
Un equipo periodístico de El Tribuno hizo guardia desde el viernes a la noche, a pocos metros del ingenio, sobre la ruta nacional 50. Al amanecer, el fotógrafo sacó su máquina para tomar imágenes de la cola de vehículos que se extendía hasta Pichanal por el bloqueo. De repente, una decena de manifestantes corrieron con palos hasta él y lo increparon. "Vos ¿a quién pediste autorización para sacar fotos?". Lo zamarrearon e intentaron arrastrarlo y robarle la máquina. Un compañero y un gendarme evitaron ese destino. El uniformado le pidió que les hiciera caso a los piqueteros, que de otro forma no se podía garantizar su seguridad: los sindicalistas exigieron que se borren las imágenes.
Otros periodistas también padecieron los interrogatorios y el patoterismo de los miembros del Sindicato del Azúcar.
[Fuente: El Tribuno, Salta, 26ago12]
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