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03sep09
Seineldin murió de un ataque cardiorrespiratorio a los 75 años
A los 75 años falleció ayer, de un ataque cardiorrespiratorio, el controvertido ex militar carapintada Mohamed Alí Seineldín, que pasó de una reconocida participación en la Guerra de las Malvinas a sublevarse en dos ocasiones contra la democracia, en 1988 y en 1990, acciones por las que fue condenado a prisión perpetua y luego indultado.
Seineldín se descompuso en Uruguay al 1000, cuando llegaba a una fundación a la que asesoraba para escuchar una disertación del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, que fue suspendida. Según allegados al ex militar, ingresó sin vida en el Sanatorio Otamendi. Sus restos serán inhumados hoy, en el cementerio de Chacarita.
Sus seguidores -llegó a tenerlos hasta en Facebook- y sus detractores coinciden en llamarlo "el turco" Seineldín. Para unos fue el ejemplo de militar valiente que alentó a su tropa y luchó hasta el final en una guerra que, quizá, sabía de antemano que tenía pocas posibilidades de ganar, la que la dictadura libró contra Gran Bretaña por las islas Malvinas. Para otros, fue un ejemplo de lo que no debe ser un militar: un golpista que puso en juego la democracia en dos ocasiones, en 1988 y en 1990, y por las que fue dado de baja del Ejército y condenado a prisión perpetua, y un integrante más del aparato represivo que funcionó en la década del 70. La Cámara Federal de San Martín lo investigó por la desaparición de Antonio Giorgi, científico del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, ocurrida el 27 de noviembre de 1978.
Nunca admitió haber participado en ese episodio, pero declaró que había organizado la Unidad Especial Antisubversiva, que funcionó para el Mundial de fútbol de 1978. Había estado destinado en Tucumán durante el Operativo Independencia, que lideraba el ahora condenado general Antonio Domingo Bussi, en 1975, y se hizo cargo de los grupos Halcón I y II, en Mendoza, ante la inminencia del conflicto con Chile, en 1978.
Había nacido en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el 12 de noviembre de 1933. Egresó del Colegio Militar en 1957 como integrante del Arma de Infantería. Estaba casado con Marta Labeau y había tenido dos hijos. Un varón, que murió de esclerosis múltiple mientras él estaba en prisión, y una hija.
Fue dado de baja del Ejército el 2 de diciembre de 1993, casi tres años después de haber liderado desde una cárcel militar la última rebelión en contra de un gobierno constitucional.
Su historia permite develar una personalidad nacionalista, de ferviente catolicismo y con un concepto difuso sobre las instituciones, aunque creó una agrupación política -Partido Popular de la Reconstrucción-, con la que otros carapintadas aún concurren a las urnas.
Su legajo recuerda que fue agregado militar en Panamá, entre 1985 y 1987, donde creó y organizó el colegio militar y trabó amistad con el hombre fuerte de ese país, el general Manuel Noriega, quien le había regalado una pistola soviética con la que practicaba tiro.
Al regresar al país, durante la presidencia de Raúl Alfonsín, en enero de 1987, fue designado jefe del Departamento III de Operaciones del II Cuerpo del Ejército en Rosario. Pocos meses después, organismos defensores de los derechos humanos lo denunciaron por la desaparición de Alfredo Giorgi. El 4 de diciembre de 1988 lideró el alzamiento del cuartel militar de Villa Martelli, en el que murieron dos civiles y un policía, y se registraron más de 40 heridos. Estuvo detenido hasta 1989, cuando el presidente Carlos Menem primero lo indultó, al igual que a buena parte de los militares carapintadas que se habían alzado contra el gobierno de Alfonsín, como Aldo Rico. Luego lo pasó a retiro.
A principios de 1990 inició giras por el interior del país en defensa de los militares carapintadas que habían sido sancionados y defendió la rebelión de Villa Martelli, a la que consideraba como la reivindicación del "honor militar" por su acción durante los años 70, y reclamaba mayor presupuesto para las fuerzas.
El Gobierno dispuso otra vez su arresto y lo envió a la unidad militar de San Martín de los Andes, desde allí se responsabilizó de la rebelión más cruenta efectuada por miembros del Ejército. El 3 de diciembre de 1990, el alzamiento llegó hasta la vereda de enfrente de la Casa Rosada.
Los insurrectos coparon el Edificio Libertador, del que salieron detenidos descalzos y en calzoncillos, deambularon con tanques por el Gran Buenos Aires y ametrallaron a dos oficiales en una unidad de Palermo. La rebelión había sido bautizada Operación Virgen de Luján.
Condenado a prisión perpetua, Seineldín fue beneficiado con un segundo indulto, tres días antes de que Eduardo Duhalde concluyera su mandato, en 2003.
[Fuente: La Nación, Bs As, 03sep09]
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