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20ago13
Villalba y Urtubey quieren que parezca una trampa
El intendente Carlos Villalba no es un estadista, pero con mucha constancia, se ha esmerado en contribuir con la imagen de Salta en el país y en el mundo. Todos piensan que esto se refiere al inocente whisky que estaba tomado en la madrugada del jueves con unas amigas que se dedican al comercio de ropa, cuando los sorprendió una inspección de la Afip. Sin embargo, lo de este formoseño aquerenciado en Pocitos es de larga data. Exactamente, cinco años y siete meses, cuando él y Urtubey asumieron como intendente de Salvador Mazza y gobernador de Salta, respectivamente, cargos a los que llegaron en la misma boleta. Pero vayamos por partes.
Carlos Villalba Si las chicas que estaban en lo de Maricel se dedican al comercio de ropa, ¿por qué la Afip no les cayó en horario comercial? Además, si venden ropa, ¿venden tanto que quedaron desnudas? La verdad es que no venden ropa. Con esa fineza intelectual que caracteriza a la segunda línea de la segunda línea del Gran Bourg, el imprescindible Diego Comba afirmó: "Un intendente se va de putas y la culpa la tiene el gobernador". Diego Comba es el vocero de la ministra de Derechos Humanos, María Pace. Con semejante razonamiento Comba aportó mucha luz acerca de los accidentes y los casos de torturas (submarino) a niños denunciados en las guarderías a cargo de Pace, que sigue siendo ministra de Derechos Humanos.
Villalba no fue noticia porque se haya ido de putas. Si uno bien lo analiza, no fue noticia para ninguno de los medios que integran el colectivo cultural financiado con fondos públicos de Prensa y conocido como "¿Se acuerdan de que íbamos a hacer realidad la esperanza?".
Para ellos, fue un hecho intrascendente y lo soslayaron. En cambio, para los medios de todo el país no fue noticia: fue un notición. De paso, todos constataron que Salta, que desde 1582 hasta 2007 fue identificada por su belleza, su hospitalidad y su pujanza turística, ahora se hace conocida por la violencia contra la mujer. Miles de sitios y páginas repitieron la hazaña de Villalba.
A esta altura, todos sabemos que Villalba no se fue de putas ni estaba conversando con amigas dedicadas al comercio de ropa, sino que fue sorprendido durante un operativo contra la trata de personas, desarrollado por la Justicia Federal y la Afip, tras los pasos de una organización internacional de la prostitución.
En la Salta de Urtubey ocurre algo llamativo: los que cometen fechorías inaceptables siempre encuentran a alguien que los comprenda. (Buabse, Troyano y los violadores, los paradigmas). En el caso de Villalba la historia es un poco más complicada. Su gestión al frente del municipio de Salvador Mazza es un currículum impresentable.
Por empezar, el faltante de dinero es enorme e impreciso. Algunos hablan de cinco millones y otros piensan que ese es solo un vuelto. Los escándalos fueron de la mano con los paros y las denuncias del gremio municipal. Cualquiera podría pensar que el sindicalista Fermín Hoyos le tiene particular inquina al pelilargo alcalde. La única medida importante que se recuerda fue el impuesto al tránsito de autos y camiones por la localidad, con el pretexto de cuidar el pavimento. (Es curioso: algunos baches de la calle Balcarce ya fueron objeto de estudios geológicos).
Pero Villalba nunca tuvo problemas, hasta ahora. La auditoría lo investigó por denuncias que incluían el desvío de una chequera y el libramiento de cheques con firma y sin monto especificado, pero fueron consideradas meras curiosidades administrativas. Y el archivador serial Guillermo Akemeier nunca registró alguna "notitia criminis".
Dice Vilalba: "En este pueblo tenemos gente que trabaja, que se ocupa de sus cosas y hay gente, como en cualquier otro lugar, que se dedica a vender droga. Algunos consumen, otros venden, también hay gente que roba". Notable reflexión, pero Salvador Mazza es Salvador Juárez. Entre julio del año pasado y el último verano se registraron allí diez crímenes de características mafiosas. A Villalba, el intendente, no le llama la atención.
[Fuente: El Tribuno, Salta, 20ago13]
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