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19feb08


Testimonios de los testigos de la defensa


El primero en declarar fue Rosindo Reyes, quien se desempeño en el RI9 entre 1968 y 1978 como suboficial mayor en la Compañía Comando. Allí lo tuvo como jefe de compañía al ex capitán De Marchi "hasta fines del 75, luego paso a Inteligencia hasta no se que mes del 76 que pide la baja".

Aunque no preciso con exactitud el mes en que De Marchi pidió la baja al Ejercito, supuso que fue entre julio y agosto del 76. No obstante, lo "volví a ver con posteridad al pedido de su baja dentro del RI9". Afirmo que siempre lo vio uniformado salvo luego de pedir su baja que lo volvió a ver pero esa de vez vestido de civil.

También reconoció a Losito y Piriz como personal de cuadros del RI9, a este último declaro haberlo visto de civil algunas mañanas cuando volvía al Regimiento.

Ante la pregunta del abogado defensor Eduardo San Emeterio sobre si conocía que existiera una cuadra de detenidos dentro del Regimiento, Reyes responde afirmativamente: "Todos los que estábamos en el Regimiento sabíamos que existía un lugar donde se alojaban a detenidos aunque teníamos restringido el ingreso".

Ante la pregunta del otro abogado defensor, Martín Gesino sobre presuntas torturas en el área de detenidos, el testigo afirmó que no tenía conocimiento sobre ello.

Admitió que su lugar de trabajo estaba alejado de la zona de detenidos, pero aseguro que "en mis 35 años que presté servicio en distintos destacamentos del Ejercito nunca había visto un lugar de detenidos salvo en el RI9 durante los años 1975, 1976,1977 y 1978".

Afirmó que el Grupo de Inteligencia, en el que se desempeño De Marchi antes de su retiro, dependía del Jefe del Regimiento y que tenía una oficina particular.

Luego vino el turno de Gregorio Guillen de 76 años, militar retirado al igual que Reyes. Tras haber reconocido que tenía una relación de amistad con Juan Carlos De Marchi y que por eso mismo vino a prestar declaración, la defensa desestimo de continuar con el testimonio y el tribunal decidió liberar al testigo.

El siguiente testigo fue Víctor Pérez de 70 años quien desempeño actividades en el taller mecánico del RI9 entre los años 1966 y 1979.

Su declararon resulto confusa si se tiene en cuenta los datos con que se viene desarrollando la causa. Con respecto a De Marchi, no preciso fecha en la que pidió la baja pero supuso que fue "entre el 65 o 66" primero y después admitió que fue "ocho o nueve años antes a que yo me retirara". Ambos datos contradictorios entre sí pero que también se alejan bastante a la fecha que maneja la defensa como retiro de De Marchi que es de agosto del 76. También admitió que había ean el ex RI9 un lugar de detención aunque aclaró que su lugar de trabajo estaba alejado a esa zona "a unos 100, 150 metros aproximadamente".

También declaró conocer a Losito y Piriz, otros dos acusados, pero no aportó mucho más que los rangos en que se desempeñaban en ese momento de oficial y suboficial respectivamente.

El que finalizó la ronda de testimonios fue Julián Pruyas quien en varias oportunidades de su carrera como militar fue destinado al RI9; la última vez entre enero de 1977 y 1984 cuando pidió su baja. Declaró que en la última etapa esto es desde enero del 77 en adelante no había visto a De Marchi dentro del ex RI9 aunque mencionó que había escuchado comentarios de que el ex capitán solía darse unas vueltas por el Regimiento a pesar que había pedido la baja. Según preciso ´Pruyas, el ex capitán en ese momento se desempeñaba como "oficial de Inteligencia".

También reconoció que existía un lugar donde se alojaba a detenidos dentro del RI9, y preciso que se trataba de la "Sección Destino" que estaba a cargo del Comando de Brigadas, cuyo jefe era Cristino Nicolaides.

Prfecisó que la Sección Destino tenía sus puertas y ventanas permanentemente cerradas por lo que "nunca pude ver a los detenidos".

Cuando Gesino lo interrogó por su defendido, Carlos Piriz, Pruyas afirmó no tener conocimiento de que el ex suboficial hubiera tenido problemas con el personal que desempeñaba actividades ni con los conscriptos que realizaban el servicio militar obligatorio en el lugar, algo por lo que Piriz fue acusado la semana anterior por el testigo Arce. "Piriz era un subalterno mío y lo considero un buen suboficial", aseguro el testigo.

[Fuente: Momarandu, Corrientes, Arg, 19feb08]

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