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09jun06


Casi dos millones de argentinos tienen sus raíces en el Africa negra.


El 5 % de los argentinos reconoce ser descendiente de por lo menos una persona de origen africano y que cuenta con uno o varios parientes de raza negra entre sus ancestros. Según el primer censo piloto realizado en el país en más de cien años, otro 20 % respondió no saber si tenía ancestros africanos. Trabajaron censistas del INDEC, con apoyo de la Universidad de Tres de Febrero y del Banco Mundial.

La última vez que se incluyó en un censo la pregunta sobre la pertenencia racial fue en 1887, cuando el 1,8 % de los porteños contestó que era de raza negra. Los negros y mulatos eran más del 25 % en los censos porteños de 1810, 1822 y 1838. La mortalidad de soldados negros en las guerras mermó la población de varones negros y favoreció el mestizaje.

Y como un espaldarazo al censo y a las organizaciones de afrodescendientes, una investigación del Centro de Genética de Filosofía y Letras de la UBA arrojó cifras parecidas. Un 4,3 % de los habitantes de Buenos Aires y del conurbano tiene marcadores genéticos africanos, según el análisis de 500 muestras de bancos de sangre en los hospitales Italiano y Clínicas y el Centro Regional de La Plata.

"Los negros fuimos invisibilizados, ocultados y negados, pero el 5 % sobre 38 millones de argentinos, indica que hay casi dos millones de afroargentinos", dijo a Clarín Miriam Gomes, de la Asociación Caboverdeana de Buenos Aires. Agregó: "Fue un éxito, porque, por estudios propios y de la Universidad de Oxford, anticipamos un 4 %; una cifra prudente, para no escandalizar".

Lucía Molina, de la Casa Afroamericana de Santa Fe y Miriam Gomes, redactaron el cuestionario en representación de las organizaciones negras argentinas. Aún falta procesar datos culturales, educativos y socioeconómicos, "las condiciones de vida de nuestra gente son precarias", dijo Gomes.

"¿Existe en este hogar una persona que se considere afrodescendiente o descendiente de africanos negros?". Esta fue la pregunta, contestada por 1.500 personas de Buenos Aires y Santa Fe, con la que se abría el fuego en esta inédita encuesta. Gomes explicó que la prueba piloto fue exitosa y la pregunta volverá al próximo censo nacional —por primera vez en más de un siglo—. "Se tuvo en cuenta nuestra opinión porque la pregunta apuntó a la autopercepción o autoidentificación: lo que la persona piensa de sí misma y no la opinión del encuestador".

¿Por qué uno de cada tres porteños era negro en 1810 y al finalizar el siglo XIX sólo se contaban unos 8.000? La explicación, según Gomes, es sencilla. "Insistimos en la pregunta del antepasado negro, porque en décadas de mestizaje, además del proceso de invisibilización, mucha gente no conservó los rasgos fenotípicos o físicos".

Francisco Raúl Carnese, titular del equipo de Antropología Biológica de la UBA, explicó que "los marcadores nucleares de los grupos sanguíneos arrojaron un 15 % de composición indígena amerindia". ¿La Argentina, entonces, no es tan blanca como la mayoría cree? "Si bien no vemos en el argentino un fenotipo africano preponderante, esos ancestros están en los genes", dijo Carnese.

Y, además del estudio genético, el equipo analizó el ADN mitocondrial, que permite rastrear los genes transmitidos por vía materna, en el árbol genealógico. Y de ahí surgió algo más sorprendente. "Un 10 % de la gente de Buenos Aires y del conurbano tiene algún ancestro africano, al menos. Se detectó más de un 46 % de linajes maternos amerindios".

¿Por qué ese cambio, cuando a mitad del XX las frecuencias génicas en las muestras sanguíneas no diferían de las registradas en Italia y España? Según Carnese, se debe a la mayor participación de mujeres aborígenes y africanas en el mestizaje. También señaló que, luego de la oleada inmigratoria europea, "a mediados de los '40 aumentó la migración interna y de países con elevado componente hispano-indígena, como Bolivia, Chile y Perú. La población de Buenos Aires modificó sustancialmente su composición genética".

Para Miriam Gomes, tal realidad continúa siendo "invisible" para el argentino. "Entre una serie de mitos, como que aquí se abolió la esclavitud con la libertad de vientres, también se impuso el de una Argentina blanca y europea. Se fue perdiendo en la conciencia de la gente esta presencia negra que era tan palpable. Por otro lado se creó otra conciencia: la de la ausencia del negro". Y Carnese acotó que "hay un componente ideológico, porque Buenos Aires se siente de origen europeo; y aunque es elevada la proporción de europeos, hay ocultamiento y negación de la presencia del negro, muy importante en el siglo XIX. Si bien no se observa a nivel fenotípico, lo demuestran los genes".

[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 09jun06]

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