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26jun24
Milei paga el gas el doble de caro que Alberto por haber frenado obras en gasoductos
El gobierno nacional paralizó obras claves de infraestructura vinculadas al sector energético por lo que se ve obligado a importar gas a un costo cuatro veces mayor que el gas de Vaca Muerta. La incompetencia de Javier Milei en este punto ya generó un sobrecosto de más de 2 mil millones de dólares y tensiona sobre el ficticio superávit logrado en base a recortes en áreas claves y la postergación de deudas.
Según fuentes de la Secretaría de Energía, el gobierno se vio obligado a firmar nuevos contratos con Bolivia para proveer de gas a siete provincias del centro y norte del país.
El precio acordado es de 21 dólares por millón de BTU, mientras que el gas de Vaca Muerta se paga a USD 4.5 por millón de BTU en invierno y el gas natural licuado importado cotiza por debajo de los USD 12.
«El precio es una locura, carísimo», reconoció una fuente de la Secretaría de Energía. Sin embargo, debido a este alto costo, no es posible trasladarlo a las tarifas, ya que sería insostenible para los usuarios. El sobrecosto por el gas importado será absorbido por Enarsa y computado como subsidio del Tesoro Nacional, sin afectar directamente a los consumidores.
Por otra parte, la necesidad de importar gas a precios exorbitantes plantea interrogantes sobre la meta fiscal comprometida por el gobierno. Se estima que las importaciones tendrán un impacto de más de 2 mil millones de dólares en las cuentas públicas. Sin embargo, desde el gobierno argumentan que la cuenta de subsidios igual cae debido a que hay más gas que el año pasado y los precios internacionales han bajado.
Cabe destacar que la paralización de las obras en los gasoductos también afecta la posibilidad de exportar gas a precios competitivos a Brasil.
El gasoducto norte, en un principio, estaba destinado a importar gas de Bolivia. Sin embargo, debido al declive en la producción de hidrocarburos en Bolivia y al auge de Vaca Muerta, que actualmente produce más gas que todo el país vecino, se decidió revertir el flujo para garantizar el suministro en la región norte de Argentina y poder exportar gas a precios altamente competitivos hacia San Pablo, el centro industrial de Brasil.
El proyecto original consta de tres obras diferentes, una de las cuales es la construcción del tendido de 123 kilómetros entre Tío Pujio y La Carlota. Las restantes son la ampliación de 62 kilómetros del Gasoducto Juana Azurduy y la reversión del sentido de inyección de gas en las plantas compresoras de Ferreyra y Deán Funes, Lavalle en Santiago del Estero y Lumbreras en Salta. Estas obras, que se estimaban que se completarían en 5 meses, llevan más de 6 meses sin avances significativos.
A su vez, la obra de reversión del gasoducto norte está presupuestada en 710 millones de dólares, con financiamiento parcial de un crédito de la CAF. Sin embargo, con el cambio de gobierno se frenó la obra, generando retrasos y un mayor costo para el país.
[Fuente: El Agora, Bahia Blanca, 26jun24]
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