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24jun24
Fernando Savore, vicepresidente de la Federación de Almaceneros bonaerenses
"Si a esto no le encuentran la variable en dos o tres meses van a cerrar muchísimos almacenes, porque no vamos a poder cumplir con nuestras obligaciones", dice a Buenos Aires/12 Fernando Savore, vicepresidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA).
Más de 26 mil son los almacenes bonaerenses representados por FABA, federación que a su vez integra la Confederación General Almacenera nacional, que abarca más de 60 mil comercios de cercanía. Fernando, que desde hace 40 años tiene su comercio en Villa Sarmiento, partido de Morón, habla en representación de sus colegas y asegura a este diario que "es muy complicado hacer equilibrio en esta situación que todos los almaceneros sufrimos por igual".
Savore amplía su visión cuando asegura que, más allá de su rubro, "la situación es genérica". Cuenta que habla con distintos colegas que no sólo son almaceneros, sino que se desempeñan en el rubro de la panadería, la carnicería y demás, y que en mayo y en junio "el día 15 ya fue fin de mes".
Dice que el impacto fue mayor porque, según coincidió con sus colegas, la venta durante marzo y abril se mantuvo dentro de los parámetros aceptables, "en función de diversas mercaderías que frenaron los aumentos", según explica. Sin embargo, durante los meses siguientes, "a partir del 15 se sintió una caída importante en las ventas".
"Eso pasó en todos lados, y lamentablemente este mes se repitió la misma secuencia", dice Savore, que aclara: "Tuvimos el detalle del día del padre, que no es menor, porque la familia se reúne y siempre alza el consumo, pero a su vez eso significa que el que gasta de más, al otro día ya se priva de algo".
"Para mucha gente ir al hipermercado y llenar el changuito cuesta 300 mil pesos como mínimo, y no lo pueden hacer, entonces se manejan con el día a día en el comercio de proximidad", asegura el vicepresidente de FABA. Esa cercanía con el vecino y la vecina del barrio hizo que los almaceneros vivencien situaciones comunes, que incluso exceden al día del mes, y Savore las describe en BuenosAires/12: "La gente común que estaba acostumbrada a consumir determinadas marcas de productos, hace tiempo que muchos no compran la primera opción, sino que van a marcas pymes". El almacenero de Villa Sarmiento dice que esto se debe a que "algunas personas no llegan al valor", pero que otras lo hacen "porque castigan el abuso de precios".
Después de mitad de mes, según cuenta Savore, los clientes cargan un cesto y cuando van a la caja para que el comerciante facture, realizan una pregunta cada vez más recurrente. "¿Cuánto va?, nos dicen a cada rato, y cuando cantamos el precio empiezan a sacar cosas porque no llegan a pagar", cuenta el almacenero a este diario.
Otra situación ya habitual es que compras de apenas 6 mil pesos son pagadas con tarjetas de crédito. "Uno entiende que si esa familia está utilizando una tarjeta de crédito para pagar una compra tan pequeña es porque inevitablemente no lo queda dinero, ni el banco ni en efectivo", reflexiona Savore, que agrega que "hay clientes habituales que vienen y dicen 'me faltan cinco días para cobrar, ¿me lo podés anotar?'".
Dice que el impacto fue mayor porque, según coincidió con sus colegas, la venta durante marzo y abril se mantuvo dentro de los parámetros aceptables, "en función de diversas mercaderías que frenaron los aumentos", según explica. Sin embargo, durante los meses siguientes, "a partir del 15 se sintió una caída importante en las ventas".
"Eso pasó en todos lados, y lamentablemente este mes se repitió la misma secuencia", dice Savore, que aclara: "Tuvimos el detalle del día del padre, que no es menor, porque la familia se reúne y siempre alza el consumo, pero a su vez eso significa que el que gasta de más, al otro día ya se priva de algo".
"Para mucha gente ir al hipermercado y llenar el changuito cuesta 300 mil pesos como mínimo, y no lo pueden hacer, entonces se manejan con el día a día en el comercio de proximidad", asegura el vicepresidente de FABA. Esa cercanía con el vecino y la vecina del barrio hizo que los almaceneros vivencien situaciones comunes, que incluso exceden al día del mes, y Savore las describe en BuenosAires/12: "La gente común que estaba acostumbrada a consumir determinadas marcas de productos, hace tiempo que muchos no compran la primera opción, sino que van a marcas pymes". El almacenero de Villa Sarmiento dice que esto se debe a que "algunas personas no llegan al valor", pero que otras lo hacen "porque castigan el abuso de precios".
Después de mitad de mes, según cuenta Savore, los clientes cargan un cesto y cuando van a la caja para que el comerciante facture, realizan una pregunta cada vez más recurrente. "¿Cuánto va?, nos dicen a cada rato, y cuando cantamos el precio empiezan a sacar cosas porque no llegan a pagar", cuenta el almacenero a este diario.
Otra situación ya habitual es que compras de apenas 6 mil pesos son pagadas con tarjetas de crédito. "Uno entiende que si esa familia está utilizando una tarjeta de crédito para pagar una compra tan pequeña es porque inevitablemente no lo queda dinero, ni el banco ni en efectivo", reflexiona Savore, que agrega que "hay clientes habituales que vienen y dicen 'me faltan cinco días para cobrar, ¿me lo podés anotar?'".
Los almaceneros tampoco llegan
"Hoy hablaba con un proveedor que me trajo mercadería y dice que hubo, en sólo un día, muchos rechazos de pedidos", cuenta Savore a BuenosAires/12, y amplía: "Cuando realiza un pedido, todo comerciante lo hace con la seriedad de entender que la distribuidora dispone gente para cargar la mercadería, para facturar, trasladarla y que llegue a los negocios, entonces por ética nunca rechazaríamos un pedido, pero si eso ocurre es porque el comerciante no llega con los fondos".
"Evidentemente la cosa se está poniendo complicada", lamenta el almacenero, que agrega la suba de las tarifas como otra piedra en la mochila. Savore asegura que la energía eléctrica triplicó y cuatriplicó su valor desde hace dos meses. "Yo pagaba 97 mil pesos de luz y este mes pagué 238 mil, casi un 300 por ciento, y hay colegas que pasaron de 120 mil a 400 mil", describe. "Esto genera un combo que nos hace difícil cumplir con nuestras obligaciones, y si uno lo traslada al laburante común, todos estamos pasando por lo mismo", relata Savore, pero advierte: "Uno en el hogar puede economizar la luz y no prender la del pasillo, pero nosotros no podemos, no tenemos forma de evitar el costo. ¿Qué vamos a hacer, apagamos una heladera?".
"Increíblemente el agua también incrementó su costo en números exorbitantes para los almaceneros", dice Savore, que dialoga constantemente con sus colegas y cuenta que a un almacenero que tiene una superficie de 200 metros cuadrados le vinieron 50 mil pesos de agua. "Nosotros la usamos para pasar un trapo o tomar un mate, no somos consumidores de agua en nuestros negocios más allá de la higiene necesaria", asegura.
Las dificultades de almaceneros y clientes confluyen en un índice negativo, y es que "los almaceneros están teniendo sólo 10 días de trabajo intenso". "La gente cobra el día 5, entonces tenemos de ahí hasta el 15 para trabajar y después sobrevivir", dice Savore, que a la menor cantidad de días de trabajo intenso se le suma que deben juntar el triple de dinero para pagar la energía eléctrica, el agua y el gas.
"No hay números exactos de almacenes cerradas, pero lo que más en riesgo están son los comercios más amplios", asegura Savore. Tiempo atrás, en los ciclos económicos más estables, la ecuación almacenera indicaba que cuantos más metros cuadrados tenía un comercio, más posibilidades de venta acarreaba. Sin embargo, en tiempos de crisis, esa ecuación se da vuelta, ya que los comercios más amplios conllevan un mayor costo operativo, y por lo tanto más riesgo de no poder mantener su funcionamiento. "Un colega tiene 400 metros cuadrados y paga 400 mil de luz, tiene 5 empleados en blanco y se le hace muy cuesta arriba, a tal punto que ya se 'comió' medio depósito", cita Savore como ejemplo.
Al ser consultado sobre la comunicación con el Gobierno nacional, Savore explica que FABA mantiene diálogo y que se han reunido en la Secretaría de Comercio y junto al área de Defensa al Consumidor. "La Federación siempre fue escuchada con todo Gobierno porque no llevamos banderas políticas, tenemos respeto por el funcionario de turno y siempre fuimos convocados", agrega. "Hay que ser muy cautos", dice Savore, y esa cautela se prolonga por el resto de sus declaraciones. "Hay empresas monopólicas y oligopólicas que se pusieron demasiado caras, pero son dueños de la comida y de los productos de limpieza, entonces es necesario crear competencia, pero hay que crear competencia pensando en no dañar las pymes", sostiene el almacenero, que dice que "No ayudar ni potenciar a las pymes fue una falla de los distintos gobiernos y no de este en particular".
Al repasar su recorrido en el rubro, Savore cambia el tono de voz. "He vivido tantas crisis. Argentina es el día a dia, vivimos saqueos, miedos, inflación, deflación, de todo. Cada momento parece que es el peor, pero cada uno es bien distinto". Él dice que quiere que "al Presidente le vaya bien porque eso significa que a Argentina le va bien", pero advierte: "No sé dónde estará la curva o la V corta de la cual hablan los economistas, y tampoco sabemos si estamos en el fondo de la curva o se sigue cavando la fosa".
Los almaceneros tampoco llegan
"Hoy hablaba con un proveedor que me trajo mercadería y dice que hubo, en sólo un día, muchos rechazos de pedidos", cuenta Savore a BuenosAires/12, y amplía: "Cuando realiza un pedido, todo comerciante lo hace con la seriedad de entender que la distribuidora dispone gente para cargar la mercadería, para facturar, trasladarla y que llegue a los negocios, entonces por ética nunca rechazaríamos un pedido, pero si eso ocurre es porque el comerciante no llega con los fondos".
"Evidentemente la cosa se está poniendo complicada", lamenta el almacenero, que agrega la suba de las tarifas como otra piedra en la mochila. Savore asegura que la energía eléctrica triplicó y cuatriplicó su valor desde hace dos meses. "Yo pagaba 97 mil pesos de luz y este mes pagué 238 mil, casi un 300 por ciento, y hay colegas que pasaron de 120 mil a 400 mil", describe. "Esto genera un combo que nos hace difícil cumplir con nuestras obligaciones, y si uno lo traslada al laburante común, todos estamos pasando por lo mismo", relata Savore, pero advierte: "Uno en el hogar puede economizar la luz y no prender la del pasillo, pero nosotros no podemos, no tenemos forma de evitar el costo. ¿Qué vamos a hacer, apagamos una heladera?".
"Increíblemente el agua también incrementó su costo en números exorbitantes para los almaceneros", dice Savore, que dialoga constantemente con sus colegas y cuenta que a un almacenero que tiene una superficie de 200 metros cuadrados le vinieron 50 mil pesos de agua. "Nosotros la usamos para pasar un trapo o tomar un mate, no somos consumidores de agua en nuestros negocios más allá de la higiene necesaria", asegura.
Las dificultades de almaceneros y clientes confluyen en un índice negativo, y es que "los almaceneros están teniendo sólo 10 días de trabajo intenso". "La gente cobra el día 5, entonces tenemos de ahí hasta el 15 para trabajar y después sobrevivir", dice Savore, que a la menor cantidad de días de trabajo intenso se le suma que deben juntar el triple de dinero para pagar la energía eléctrica, el agua y el gas.
"No hay números exactos de almacenes cerradas, pero lo que más en riesgo están son los comercios más amplios", asegura Savore. Tiempo atrás, en los ciclos económicos más estables, la ecuación almacenera indicaba que cuantos más metros cuadrados tenía un comercio, más posibilidades de venta acarreaba. Sin embargo, en tiempos de crisis, esa ecuación se da vuelta, ya que los comercios más amplios conllevan un mayor costo operativo, y por lo tanto más riesgo de no poder mantener su funcionamiento. "Un colega tiene 400 metros cuadrados y paga 400 mil de luz, tiene 5 empleados en blanco y se le hace muy cuesta arriba, a tal punto que ya se 'comió' medio depósito", cita Savore como ejemplo.
Al ser consultado sobre la comunicación con el Gobierno nacional, Savore explica que FABA mantiene diálogo y que se han reunido en la Secretaría de Comercio y junto al área de Defensa al Consumidor. "La Federación siempre fue escuchada con todo Gobierno porque no llevamos banderas políticas, tenemos respeto por el funcionario de turno y siempre fuimos convocados", agrega. "Hay que ser muy cautos", dice Savore, y esa cautela se prolonga por el resto de sus declaraciones. "Hay empresas monopólicas y oligopólicas que se pusieron demasiado caras, pero son dueños de la comida y de los productos de limpieza, entonces es necesario crear competencia, pero hay que crear competencia pensando en no dañar las pymes", sostiene el almacenero, que dice que "No ayudar ni potenciar a las pymes fue una falla de los distintos gobiernos y no de este en particular".
Al repasar su recorrido en el rubro, Savore cambia el tono de voz. "He vivido tantas crisis. Argentina es el día a dia, vivimos saqueos, miedos, inflación, deflación, de todo. Cada momento parece que es el peor, pero cada uno es bien distinto". Él dice que quiere que "al Presidente le vaya bien porque eso significa que a Argentina le va bien", pero advierte: "No sé dónde estará la curva o la V corta de la cual hablan los economistas, y tampoco sabemos si estamos en el fondo de la curva o se sigue cavando la fosa".
[Fuente: Por Luca Fernández, Pag12, Bs As, 24jun24]
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