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17abr24
La UBA en "modo ahorro": las facultades apagaron la luz y el Hospital de Clínicas suspendió cirugías y funciona al 30%
Es miércoles al mediodía y la Universidad de Buenos Aires solo mantiene encendidas las luces de su prestigio. Apagó todo el resto. Las lámparas de las entradas a sus facultades, las de sus aulas magnas y muchas de las que antes titilaban maltrechas por sus pasillos.
Por decisión del Consejo Superior, después de que el Gobierno nacional anunciara que no va a actualizar el presupuesto de esa alta casa de estudios, desde el lunes la UBA entró en "modo ahorro".
Pero mientras que en algunas sedes solo apagaran luces de día, limitaron quiénes pueden usar los ascensores y cortaron el servicio de gas, en el Hospital de Clinicas -que es el corazón de la Facultad de Medicina- ya se suspenden cirugías y su funcionamiento se redujo al 30%.
"El hospital está funcionando a un porcentaje bajísimo. No tenemos el presupuesto para comprar insumos. Solamente estamos operando las urgencias, fracturas, infecciones y tumores. Incluso a esas también las estamos limitando", explica a Clarin Marcelo Melo, desde su despacho de director del Hospital de Clínicas.
El Clínicas compra los insumos por licitación, habitualmente, cada cuatro meses. Pero no se licita si no hay un presupuesto previo que respalde las compras.
"Se agotan los insumos que compramos y cuando tenemos que salir a comprar más, no tenemos el presupuesto, tenemos que ir a 'compra directa', y tenemos muy poca plata para enfrentar el aumento inflacionario, que fue del 800 al 1.000 por ciento. Es una tormenta perfecta", asegura.
La última vez que compraron fue durante el cuatrimestre final de 2023. Se adquieren productos para cuatro meses y un excedente por si era necesario estirar el stock unos meses.
"Con esa compra llegamos hasta estos meses. Este año pudimos comprar 'algo' pero no pudimos empezar ninguna licitación", marca Melo.
Hay diferentes entidades del Clinicas que se van manejando por licitación. Una es la de Insumos, cuatrimestral, pero también está el área de limpieza (a quienes se les paga por mes), la de vigilancia y la empresa encargada específicamente de residuos patológicos. Todas estas ultimas requieren una inversión mensual.
Melo señala a mayo como el mes final hasta que se acaben los insumos.
"Como bajamos tanto la actividad del hospital, aguantamos más con los insumos que tenemos. Pero esa plata de la que disponíamos ahora es 'mentirosa', porque no nos alcanza para reponer el stock", asegura.
En el ascensor de ingreso a la Facultad de Medicina, que mantiene la mitad de las luces apagadas en el hall, un empleado oficia como "ascensorista". Desde una silla con rueditas, bastante inquieto, se encarga de preguntar: "¿Sos estudiante?" Si le responden que sí, indicará la escalera más próxima para llegar a destino.
"El ascensor está limitado para personas con capacidades que lo requieran, para profesores o para personal de salud. Los estudiantes tienen que subir por la escalera", detalla a Clarín. La medida, curiosa, es parte del ahorro energético.
Según datos que desde el Rectorado de la UBA enviaron a Clarín, en abril del año pasado toda la universidad gastó $70.239.925 en energía eléctrica (valor mensual), en febrero de este año ese gasto pasó a $112.080.343 y este mes el valor fue de $475.594.782. "Sólo este año aumentó un 324%, y con respecto al año pasado aumentó un 577% el gasto en energía eléctrica", detallan.
La mayoría de las aulas tienen la luz encendida (desde en Económicas hasta en Farmacia y Sociales), porque o son aulas internas o las ventanas están tapiadas, no hay iluminación natural. El ahorro de luz se ve en los pasillos y en la entrada. La ecuación es sí: si hay cuatro lámparas, encienden dos.
¿Qué es "bajar la actividad del hospital"? "Nosotros tenemos que afrontar la compra de medicamentos de alta complejidad, (desde un antibiótico hasta uno oncológico, pasando por gammaglobulinas) que absorbe gran parte de ese presupuesto específico, y no los podemos comprar. Tenemos pacientes internados que requieren esa medicación. A veces tenemos familias que pueden ir y comprarlo por su cuenta, pero el 50% de los internados son personas sin ninguna cobertura médica", dice Melo.
El director dice que hasta diciembre del año pasado, cuando se reunió con su par administrativo del hospital, "iban muy bien los números" y que "la actividad había alcanzado niveles prepandemia".
Los insumos en crisis son los contrastes (para tomografías con contraste o para intervenciones de urgencia). Pero escasean hasta los productos descartables.
"Cada vez que vos como médico pedís una resonancia con contraste, a ese contraste hay que comprarlo, y vale muy caro. Si no tenés recursos, no lo podes comprar. El Hospital el año pasado hacía licitaciones para la compra, después se pasó a ir con plata directo a comprarlos, y ahí es cuando pierde mucho dinero", puntúa.
Mil personas por día reciben asistencia del Hospital de Clínicas. Son 365.000 pacientes al año, entre los que 182.500 no tienen ni prepaga ni obra social. En promedio, en sus quirófanos realizan 9 mil cirugías anuales, y en 2023 llevaron adelante 250.000 procedimientos médicos.
¿Por qué en este modo ahorro la UBA no exceptuó al Hospital de Clínicas?
Justamente, porque es un hospital escuela, es decir, "es" tan UBA como la Facultad de Sociales, y depende del Ministerio de Educación de la Nación, que recibe el presupuesto desde el Estado para repartirlo en la universidad pública.
El fondo para su funcionamiento entonces va de Educación a la UBA, de la UBA a Facultad de Medicina, y de ahí recién al hospital.
"No deberíamos pero, por ejemplo, podríamos cerrar algunas aulas de Medicina para dar solo algunas clases, pero el hospital tiene que funcionar. No es un 'bueno, listo, lo cierro'. Desde enero que bajamos la actividad, no internamos a todos, solo a urgencias, pero así y todo, no tenemos presupuesto",
"Además, a los pacientes oncológicos no es que los tratás una vez y se termina el problema. Necesitan un tratamiento, como un paciente con una infección requiere un antibiótico todos los días o quienes tienen enfermedades inmunológicas necesitan para toda la vida medicación crónica".
Melo se siente en la cima de "un castillo de naipes". La metáfora la explica así: "Vos tenías un presupuesto que te respaldaba, te lo sacan y te das cuenta de que no podés comprar nada, no tenés la plata. Se te cae todo".
Para garantizar el funcionamiento pleno del Clinicas, que dará lugar este jueves a un abrazo simbólico por parte de todos los rectorados, reclaman un presupuesto actualizado que parta de un mínimo de 270% de aumento.
"Tenemos una máquina de hemodinamia. Es muy importante. Hace estudios y permite hacer un tipo de cirugías para enfermedades cardiovasculares. Vale como dos millones y medio de dólares, y necesitamos tener un seguro por si se rompe. El año pasado nos salía un millón y medio de pesos por mes, a partir de enero ese seguro sale 13 millones. No podemos usarla sin seguro, la usamos ahora porque la facultad consiguió de alguna manera esa plata para pagarlo", ejemplifica.
Además de la parte docente y las prácticas de residencia, también hay investigación médica. "Hay prioridades. Hoy viene un investigador a pedirme plata y yo le tengo que decir que lamentablemente no la tenemos. Esa parte va a sufrir mucho más que la asistencial, que vamos a tratar de aguantarla hasta donde podamos", cierra.
"No sería justo que pase, que nos cierren un curso o una materia que ya empezamos. Pero sí, se habla de eso, entre los alumnos está el rumor", dice Sonia a Clarín, que acaba de aprobar un oral del segundo año de Enfermería.
Xiamara (a la que también le fue bien) aclara que las luces estaban encendidas en ese aula y menciona otro problema muy UBA: "Rendimos en (la sede de) Kinesiología, por la falta de lugar. Somos unas 200 personas, muchísima gente. Medio caos".
Las dos compañeras bajan la escalera abrigadísimas. Una hasta tiene un gorro de lana. Es que en este giro unplugged, uno de los puntos que se decidió fue ni encender la calefacción (en las poquísimas sedes que cuentan con ese lujo), ni las calderas.
Que estén bajando las escaleras tampoco es casualidad. Toca ese otro "ajuste" energético que el Consejo Superior enumeró en un comunicado durante ese mañana. "El uso de los ascensores de la Universidad sólo para aquellas personas con movilidad reducida y casos de asistencia o emergencia".
[Fuente: Por Emilia Vexler, Clarín, Bs As, 17abr24]
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