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23feb24
El mega decreto de Milei afronta su prueba más compleja en el Congreso tras la fallida Ley Ómnibus
Después del duro revés parlamentario que sufrió la iniciativa legislativa, el Gobierno pone todas sus fichas en la validación del Decreto de Necesidad y Urgencia presidencial. Aún en minoría tanto en Diputados como en Senadores, el oficialismo apuesta por los bloques 'dialoguistas' para obtener el visto bueno en al menos una de las dos cámaras.
Dos meses después de su publicación oficial, el ambicioso Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por Milei --que contiene más de 360 artículos entre derogaciones y modificaciones legales-- comenzó a ser discutido en el Congreso tras la conformación de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo, integrada por ocho diputados y ocho senadores de distintas fuerzas partidarias.
La ambiciosa iniciativa, que contempla puntos por demás sensibles como la reforma laboral que fue frenada por la Justicia tras los recursos de amparo presentados por los sindicatos, inicia así un sinuoso camino para su supervivencia.
El oficialismo cuenta con una ventaja: para ser refrendado, el DNU deberá ser apoyado por mayoría simple por apenas una de las dos Cámaras. Solamente será derogado si los diputados y senadores lo rechazan.
El futuro del decreto reviste una relevancia simbólica insoslayable para el gobierno de Milei que aún no termina de digerir el fracaso de la Ley Ómnibus, el megaproyecto que no logró ser aprobado en la Cámara Baja y que terminó siendo retirado del recinto ante la inminente derrota que afrontaría.
El derrotero del DNU no está exento de polémica. Si bien la ley 26.122 establece que la Comisión debe expedirse dentro de los 10 días hábiles desde el envío del proyecto al Congreso --lo cual sucedió a principios de enero--, el cuerpo bicameral recién terminó de conformarse el 21 de febrero. Es decir, el plazo estipulado venció semanas antes de que fuera constituido el organismo responsable de su tratamiento.
Choque de posiciones
"Este DNU es muy relevante y propone muchos más cambios que cualquier otro de la historia reciente. Por eso debe tratarse cuanto antes, porque hasta que no sea rechazado sigue vigente", dijo a Sputnik Mariano Recalde, senador nacional de Unión por la Patria e integrante de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo.
El dirigente opositor denunció que "la comisión bicameral no tiene competencia, porque debía haberse tratado dentro de los primeros 10 días desde que el DNU ingresó al Congreso, que fue hace un mes. Transcurrido ese plazo, corresponde que las cámaras se aboquen al tratamiento expreso e inmediato, y eso es lo que queremos hacer y por eso exigimos una sesión urgentemente".
"El oficialismo tiene cerrado el Senado: no nos deja sesionar, a pesar de que el reglamento exige que si cinco legisladores solicitan una sesión, esta debe realizarse. El manejo institucional de la Cámara está alterando la vida institucional del país, y eso es muy grave", denunció el senador.
En la bancada oficialista aún prima cierto optimismo. A pesar de estar en franca minoría parlamentaria, el Gobierno apuesta por lograr cosechar los apoyos necesarios. "Tenemos la expectativa de que sea convalidado, como parte del plan que piensa el presidente para salir de la profunda crisis en la que está inmerso el país", dijo a Sputnik Alejandro Carrancio, diputado nacional de La Libertad Avanza.
"El decreto es importante para poder contar con las herramientas necesarias para tratar de sacar al país de la crisis y hacerlo de la manera más rápida posible. Creo que hay posibilidades de encontrar los consensos que se necesitan, porque lo que debe primar es el beneficio para los argentinos", destacó el legislador.
La sombra de la Ley Ómnibus
El DNU presidencial fue concebido como complemento de la "Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos", la iniciativa oficialista que naufragó en el Congreso. A pesar de aquel magro antecedente reciente, el Gobierno no baja los brazos: "no es lo mismo la ley que el decreto. En este caso, la votación no se da por artículos particulares sino en general, y creo que no estamos tan lejos de lograr el apoyo en el Congreso", sostuvo Carrancio.
El legislador oficialista identifica una clara razón del fracaso legislativo: el posicionamiento de la denominada 'oposición dialoguista', que originalmente había respaldado el proyecto votándolo en general, pero que luego manifestó sus diferencias al tratar artículo por artículo. "Con la Ley Ómnibus tuvimos un problema de palabra: muchos legisladores prometieron algo que luego no cumplieron, y por eso hubo enojo en el Gobierno", explicó el diputado.
El enojo del Poder Ejecutivo fue expresado sin eufemismos por el propio Milei, quien durante un acto se refirió al Congreso Nacional como un "nido de ratas". Consultado por el exabrupto, Carrancio consideró que "es un posicionamiento personal del presidente, y es parte de su forma de ser. Sería negativo que un legislador no tuviera la grandeza de dejar atrás una declaración que le hubiera molestado".
En tanto, la oposición se entusiasma ante la posibilidad de que la derrota del oficialismo se replique con el DNU. Según Recalde, "por la forma y por el contenido, el DNU es mucho peor que la Ley Ómnibus. Esto articuló rechazos de manera mucho más rápida que la ley: espero que los diputados de los distintos bloques reflejen ese disgusto en el recinto".
"Los bloques llamados 'dialoguistas' se han manifestado originalmente en contra del DNU. Deberían ser consecuentes con esa postura", postuló el senador peronista.
Dada la atención que suscita el debate en torno al decreto, el posicionamiento del resto de bloques -es decir, aquellos por fuera del oficialismo y de Unión por la Patria- reviste un papel fundamental. Uno de los espacios de mayor peso es la Unión Cívica Radical (UCR), la bancada 'dialoguista' que cuenta con 35 diputados y nada menos que 13 senadores.
Consultado por Sputnik, Francisco Monti, diputado nacional de la UCR e integrante de la comisión bicameral, consideró que "en líneas generales, la impronta desreguladora del DNU me parece que tiene muchas cosas positivas. Hay que meter las narices en el fondo de estas reformas y salir de los partidismos".
"No se trata de estar cerca del oficialismo, sino de estar cerca de las reformas que necesita el país. El Gobierno tiene debilidad legislativa al no contar con mayoría en ninguna cámara, pero si todos los que no somos oficialistas nos ponemos en su contra, no van a poder gobernar. Históricamente hemos sido un partido que colaboró con la institucionalidad y la gobernabilidad", remarcó el legislador.
[Fuente: Por Juan Lehman, Sputnik Mundo, Bs As, 23feb24]
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