EQUIPO NIZKOR |
|
30dic06
El testigo Geréz apareció vivo y con huellas de tortura.
El albañil había culpado a Patti de someterlo a apremios ilegales; minutos antes de ser encontrado en Garín, el Presidente había hablado por cadena: acusó a "elementos paramilitares o parapoliciales"
Luis Geréz, el albañil que había acusado al ex comisario Luis Patti de torturador, apareció ayer a las 21.20, luego de dos días de cautiverio, en un descampado de Garín, partido de Escobar, con signos de haber sufrido violencia.
La noticia produjo alivio en el Gobierno, que vivía con extrema tensión la búsqueda del hombre, un militante peronista que en abril había denunciado en la Cámara de Diputados que el ex intendente lo había torturado en 1972.
Al cierre de esta edición, Geréz era revisado por médicos del hospital de Escobar. Las primeras en ver al albañil, dos niñas de 9 y 11 años, dijeron que estaba con el torso desnudo. Tenía golpes en la espalda y en la cabeza, marcas en los pies y en las manos, como si hubiera sido atado, y quemaduras en el cuerpo.
"Lo vimos sereno, habló con nosotros. No nos dio detalles de cómo había estado, pero no quisimos entrar en detalles para no profundizar su shock postraumático. Ahora necesita descanso, está extenuado", dijo media hora después de la medianoche el subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Mattarolo.
Una hora antes de que se confirmara la aparición de Geréz, el presidente Néstor Kirchner había utilizado por segunda vez desde que llegó a la Casa Rosada la cadena nacional para acusar a "elementos paramilitares y parapoliciales" del hecho.
"No vamos a ceder ante la extorsión. No permitiremos que paren los juicios", dijo Kirchner, con firmeza. Se refería a los juicios contra ex represores de la dictadura militar de los años 70, que se siguen por violaciones de los derechos humanos.
Voceros presidenciales dijeron anoche a LA NACION que el concejal de Escobar Hugo Cantero, kirchnerista, recibió el dato del lugar donde estaba detenido el albañil, pero temió una emboscada. De todos modos, Cantero habría avisado al gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, y al ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian.
Cerca de Kirchner afirmaron que el discurso tuvo "nombre y apellido": se refirió a los ex policías bonaerenses Miguel Etchecolatz y Luis Patti, y a la "mano de obra desocupada".
Y deslizaron la sospecha sobre Patti: "No pudieron sacar a Geréz del partido de Escobar", dijeron las fuentes. Los voceros enfatizaron que "Kirchner evitó peleas internas entre las fuerzas policiales y de inteligencia". Y contrapusieron este caso con el de Jorge Julio López, desaparecido hace 100 días, que, agregaron, "no fue coordinado por el Presidente", sino por la policía bonaerense.
Arslanian informó que Geréz apareció en Garín, con el torso desnudo, conmocionado y en medio de una crisis de nervios luego de haber sido presuntamente golpeado.
En los gobiernos nacional y bonaerense subrayaron a la prensa que la reaparición obedeció a "la fuerte presión de los organismos de seguridad y a la presión del discurso de Kirchner, los habrían obligado a liberarlo" a sus supuestos captores.
Solá dijo a medianoche que en la liberación "influyó el discurso del Presidente", pronunciado por cadena nacional a las 20.30. Arslanian había opinado lo mismo media hora antes, al confirmar que Geréz había sido torturado con prácticas de "policías y militares represores", y al negar que hubiera habido algún tipo de negociación con los captores.
El gobernador bonaerense calificó el episodio vivido por Geréz como un "secuestro político", con "la intención de enviar un mensaje político por la política de buscar la verdad y la defensa de los derechos humanos".
A su criterio, "el tema central es una ingeniería para que no haya una larga procesión de testigos brindándoles una efectiva procesión". Y les pidió a los eventuales testigos de causas vinculadas con violaciones de los derechos humanos "no aflojar".
"Tengan conciencia, porque lo que ellos van a decir sirve para afianzar el Estado de Derecho en la Argentina", concluyó.
Apenas fue hallado, Geréz fue llevado al hospital de Escobar para ser revisado por eventuales lesiones. La primera noticia sobre la reaparición fue proporcionada por Canal 7, el canal oficial, a las 22. La misma emisora entrevistó en exclusiva pocos minutos después a Arslanian, a Solá, y a una niña de 9 años que había encontrado a Geréz, junto a su familia.
Arslanian informó que unos 2000 efectivos de las fuerzas de seguridad bonaerense y federales participaron de los operativos, las investigaciones, indagatorias y rastrillajes que se realizaron en los partidos de Escobar, Garín, Pilar y Tigre.
"La investigación es a todo o nada", señalaron a LA NACION fuentes del gobierno de Kirchner poco después del discurso del Presidente y minutos antes de que Geréz fuese liberado. Se presentía un final feliz.
Durante toda la tarde, voceros del Presidente abonaron la hipótesis de que grupos de ex militares y ex policías bonaerenses, grupos parapoliciales y paramilitares buscaban desestabilizar al Presidente y amedrentar al Gobierno e impedir la continuidad de los juicios a ex represores y con ello buscar la impunidad. Luego, ello fue confirmado por el Presidente en su discurso.
Kirchner había llegado a las 12.20 a la Casa Rosada, donde se reunió durante una hora y media con Solá; el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el jefe del Gabinete, Alberto Fernández; el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; el subsecretario de Inteligencia, Francisco Larcher; y los secretarios general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y legal y técnico, Carlos Zannini.
A las 14.30, el Presidente regresó a la residencia oficial de Olivos con Alberto Fernández. Solá se dirigió a la sede porteña del Banco Provincia, en el microcentro, y Aníbal Fernández siguió el operativo desde Balcarce 50.
Luego, a las 19, Kirchner regresó a la Casa Rosada para grabar el mensaje, lo que hizo a las 19.10. El mensaje se emitió a las 20.30.
Sugestivamente, Arslanian dijo a media tarde, a las 17, al ingresar en el Banco Provincia: "Esto va a terminar con un final feliz". Cuando Solá se dirigía más tarde, a las 19, a la Casa Rosada, corroboró el optimismo: "Somos optimistas cuando tenemos resultados tangibles. Ahora tenemos puntas de investigación".
Por esas horas se sumaron a las reuniones el vicepresidente Daniel Scioli y el ministro de Educación, Daniel Filmus. Voceros presidenciales dijeron a última hora que Kirchner "no hablará ni dirá que está satisfecho" porque la "situación, de todos modos, es grave y no quiere ser triunfalista".
[Fuente: La Nación, Bs As, 30dic06]
This document has been published on 30Dec06 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |