EQUIPO NIZKOR |
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04abr08
Culpas ineludibles
La violencia ejercida por el Estado, obligado a preservar los derechos de sus habitantes, jamás puede ser comparada con ninguna otra.
Y, ante la magnificencia de la muerte, una pila de teorías se convierte en desechos.
Resulta inadmisible que se asesine a una persona indefensa -piquetera, ruralista, pedicura, trapecista, anarquista, docente o lo que fuera- con el pretexto de garantizar derecho a circular libremente por las rutas.
Es irritante la teoría del "loco suelto". Más allá del episodio criminal en sí, muchos testimonios sostienen que la Policía actuó con alevosía. Que murió Fuentealba pero que podría haber muerto otro, otros.
Aun si la Justicia encontrara culpable a Darío Poblete por el homicidio, si comprobara que no era apto para ser integrante de una fuerza de seguridad o si lo declarara demente, sus superiores deberían pagar por la negligencia de que haya sido parte del operativo de Arroyito.
Las tragedias y la barbarie son indelebles. A veces, sólo a veces, atenuadas por la razón.
[Fuente: Por Esteban Floriano, La Mañana, Neuquén, Arg, 04abr08]
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