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27ene11


Misterio por el secuestro y crimen del jefe de una obra social sindical


¿Quién es el dueño de la camioneta Honda CRV que está estacionada en la puerta? La pregunta vino de dos hombres que entraron al hall del Fénix Club de Villa Devoto, el miércoles a las nueve de la noche. El que se adelantó para responder fue Roberto Roger Rodríguez (49), quien acababa de terminar un partido de truco con amigos. Rodríguez --tesorero del gremio de Obreros de Maestranza y presidente de la obra social sindical-- salió entonces a la puerta con esos hombres sin que eso llamara la atención de la casi media docena de personas que estaban en el salón. Cerca de una hora después, el gremialista apareció asesinado de un tiro en la cabeza en Bella Vista , en el partido de San Miguel.

"Lo fueron a buscar puntualmente a él, no le robaron sus cosas de valor y lo ejecutaron a quemarropa", le confió a Clarín una fuente policial. Anoche, la investigación no tenía una orientación precisa . Lo único que la Policía parecía descartar es que se hubiera tratado de un hecho "al voleo".

Es que Rodríguez era el que manejaba las finanzas del Sindicato de Maestranza y además era titular de la obra social, que había sido allanada el año pasado en el marco de la causa llamada "mafia de medicamentos". La de Rodríguez es la sexta muerte relacionada con el ámbito gremial desde fines de 2007.

Anoche, la Policía también investigaba una versión que indicaba que el dirigente había tenido "una pelea con un ex presidiario que habría extorsionado a su hija".

La camioneta del sindicalista apareció a las tres cuadras del Club, en Cubas y Allende. Allí, aparentemente pasaron a Rodríguez a un Peugeot 307 negro con vidrios polarizados ( en el que habría un tercer delincuente ) y se lo llevaron secuestrado hasta el lugar donde lo asesinaron, una zanja ubicada en un barrio humilde, cerca del camino del Buen Ayre y ruta 8, en San Miguel.

El sindicalista estaba casado, tiene dos hijos y vivía en el barrio de Flores, aunque además poseía otra vivienda en Ezeiza.

Según confiaron fuentes de la investigación, los delincuentes se habrían llevado al sindicalista por Acceso Oeste, después siguieron por el camino del Buen Ayre hasta llegar a la ruta 8. Allí hicieron unos 300 metros para meterse luego en un barrio que tiene mitad de calles de tierras y mitad de asfalto, y que es bastante oscuro en la noche.

De acuerdo a vecinos del lugar, minutos antes de las 22, sobre la calle Pampa y esquina Salliqueló, escucharon un tiro y un auto que salía a velocidad hacia la ruta 8. Al salir vieron a Rodríguez en el piso, casi desmayado, sangrando en una zanja que da a los fondos y un campo de una fábrica. El hombre tenía un tiro detrás de la oreja izquierda. "Escuché el disparo y salí. Vi al hombre arrodillado y después se cayó de espalda a la zanja. Estaba muy ensangrentado en la cara y la cabeza. Le salía sangre por la boca, tenía los ojos abiertos, balbuceaba pero no llegaba a decir nada", contó a Clarín Matías, un joven que vive enfrente de la escena de crimen.

Según registros del Municipio, a las 22.02 un vecino llamó al 911; los bomberos llegaron para ser el traslado de la víctima a las 22.10 y a las 22.25, Rodríguez llegó al hospital Larcade de San Miguel. El director interno del hospital Diego Lambert aseguró que el sindicalista llegó en estado crítico con una lesión craneana y murió dentro del quirófano .

Fuentes de la investigación aseguraron que a Rodríguez sólo le robaron sus documentos y el celular.

Tenía encima varios elementos de valor, entre ellas una billetera con 600 pesos y una alianza de oro . Ese anillo terminó siendo clave para la identificación de la víctima. "Tenía los nombres grabados de él y su esposa", informaron.

"Con estos detalles lo que tenemos en claro es que no se trató de un robo ni tampoco de un secuestro extorsivo. Tiene que haber otro móvil, es un hombre que manejaba dinero, quizás algún ajuste de cuentas, deudas o negocios o algo vinculado a su actividad gremial. Suena a un crimen mafioso y todo está bajo investigación", aseguró una fuente policial. La víctima tampoco había recibido amenazas.

Luego de dispararle, los asesinos se escaparon en el Peugeot 307. Su paso quedó registrado en cámaras de seguridad de un hotel alojamiento de la ruta 8, del partido de Hurlingham, hasta desaparecer a la altura del Plaza Oeste Shopping, en Haedo, según contaron a C larín las fuentes. En la esquina del Club Fénix de Devoto, en Vallejos al 4500, también hay una cámara de seguridad de la Ciudad pero aparentemente no grabó cuando se llevaban a la víctima por un desperfecto electrónico.

En la huida por el barrio donde ejecutaron a Rodríguez, un hombre y su padre, ambos mecánicos, se cruzaron con los asesinos . "El auto me hacía luces como para pasar rápido por la calle que es angosta. No le di importancia pero después empezó a insistir y lo dejé. Estoy seguro de que era un Peugeot 307 oscuro el que salía de ahí. Y encima se equivocó en una calle porque agarró una cortada y tuvo que retroceder", explicó a Clarín ese testigo, quien se identificó como Maxi.

De todas formas, los investigadores creen que la escena del crimen tenía que ser conocida por los delincuentes porque la zona es oscura y no es fácilmente visible desde las rutas.

"Sabían a quien iban a buscar, adonde lo iban a llevar y que iban a matarlo", interpretó anoche un investigador.

[Fuente: Clarin, Bs As, 27ene11]

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