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04sep18


Déja Vu de una crisis: Argentina atraviesa momentos que recuerdan al 2001


Los recuerdos de la crisis de 2001 vuelven a estar como fantasmas entre los argentinos. Sputnik contactó al economista Francisco Cantamutto, quien comparó las similitudoes entre el hoy y el ayer.

Al sanar, las heridas dejan cicatrices, que son recordatorios de que no somos invencibles, de que algo malo puede pasar si no tomamos las precauciones adecuadas. En situaciones parecidas al accidente que las provocó, la marca puede infligir el temor de que los eventos se repitan. A las naciones, como a las personas, les ocurre un fenómeno similar.

Esto es lo que le ocurre hoy a la Argentina, el país que más devaluó su moneda a nivel mundial: en lo que va del 2018, la depreciación del peso argentino fue de un 100,2%. En la última semana de agosto la moneda nacional perdió el 25% de su valor.

Ante esta realidad, la crisis sufrida por el país sudamericano hace 17 años vuelve a estar latente en la psiquis de los ciudadanos.

"Lo que está ocurriendo en Argentina es muy preocupante, pero es importante ser enfáticos en lo siguiente: no se trata de un viraje, sino que es el mismo programa de ajuste que está ejecutando el Gobierno desde que llegó al poder en 2015, y que se había intensificado cuando se firmó el acuerdo con el FMI en junio de este año", dijo a Sputnik Francisco Cantamutto, economista investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, un ente autárquico dependiente del ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, y miembro de la Sociedad de Economía Crítica de Argentina y Uruguay (SEC), una red de colaboración y coordinación construida para "potenciar una mirada crítica de la ciencia económica, la democratización de la enseñanza de la economía, la pluralidad de pensamiento, la orientación de la producción de conocimientos hacia la transformación social".

A nivel financiero y cambiario, Cantamutto consideró que en la actualidad hay muchas similitudes con la crisis de 2001 en Argentina. Se trató de una crisis política, económica, social e institucional, que desató una revuelta popular generalizada que causó la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa, el default de la deuda externa y una súper devaluación. Tras ese episodio devino un período de inestabilidad política, en el cual cinco políticos se sucedieron en la presidencia entre los últimos días de diciembre y los primeros de enero de 2002.

El origen económico de este estallido ocurrió por un período de recesión entre 1998 y 2002. El detonante inmediato fue la imposición de la medida conocida como 'el corralito', que imposibilitó la extracción de dinero en efectivo de los bancos. El 19 de diciembre estalló la violencia luego de que de la Rúa decretó el estado de sitio. La revuelta provocó la renuncia del presidente. Además, durante las protestas fueron asesinadas 39 personas a mano de las fuerzas de seguridad, nueve eran menores de edad.

"[El Gobierno] tiene que contener la corrida [cambiaria] y lograr los saldos para financiar los vencimientos de deuda que dependen de que esos fondos sean girados al país. El oficialismo cuenta con todos los contactos internacionales para cerrar un acuerdo de este tipo. [Pero desde el exterior] lo que piden a cambio es este énfasis en el ajuste. Si el ajuste prospera o no las consecuencias serán más políticas que económicas", explicó.

En estos momentos donde el peso argentino se devalúa en forma casi constante frente al dólar, en Argentina los sectores populares "viven en estado de angustia generalizada porque ven perder sus ingresos desde hace dos años y medio".

Aseguró que otra semejanza con el 2001 es que para los sectores populares el ajuste "está y se intensifica", pero una diferencia con aquel momento fatídico es que hoy "aparece otro elemento, que tiene que ver con la confianza que van perdiendo los propios socios y representados del Gobierno.

"Uno de los anuncios de hoy tuvo que ver con la vuelta de las retenciones, un esquema que en realidad es bastante fácil de sortear para los exportadores porque pueden retener producción, y además pueden forzar una mayor devaluación que licue el monto que se les hace pagar. Ahora bien, más allá de que técnicamente están muy mal estructuradas las medidas, en términos políticos genera desconfianza por parte de los sectores que promovieron y apoyaron a este Gobierno, como las mineras o el agro", indicó.

El investigador recordó que hace 20 años la salida de la convertibilidad sería estructurada por un sector del propio empresariado, y que esa fue una de las medidas que fue aislando al Gobierno de ese entonces, incluso en la propia base de sustentación.

La Ley de Convertibilidad del Austral fue decretada en marzo de 1991, durante el Gobierno de Carlos Menem y estuvo vigente durante casi 11 años. Establecía una relación cambiaria fija entre la moneda estadounidense y la nacional, a razón de 1 dólar por cada 10.000 australes, y luego en relación de 1 a 1 con el peso.

"Esto es un poco lo que está ocurriendo ahora, el Gobierno actual está erosionando los acuerdos que tiene con los propios sectores que representa. En este punto vale hacer una salvedad, y es que el principal aliado y representado del oficialismo es el poder económico financiero global, y para ese sector sólo avanza a favor", señaló.

Los trabajadores del sector formal perdieron cerca de un 4% de sus ingresos en pesos, mientras que quienes lo hacen en el público perdieron cerca de un 12%, sostuvo, y agregó que con las corridas cambiarias de las últimas semanas se ha perdido más de un 30% del poder adquisitivo en dólares.

Cantamutto hizo hincapié en que los indicadores de junio en adelante marcaron una recesión "muy pronunciada" de la caída en la actividad industrial e inversión, de entre el 6 y el 8%. "Esto significa que no sólo están cayendo los ingresos sino que además está cayendo la actividad. Estamos viendo un ajuste relevante", subrayó.

"La devaluación no está generando confianza y si eso no se genera es difícil detener la corrida. En este momento está viajando hacia Washington el ministro de economía, Nicolás Dujovne, para tratar de negociar la llegada de fondos frescos que podrían hacer un nuevo impasse en la corrida. Pero de ninguna manera representan la solución. El escenario menos dañino en el corto plazo es un ajuste recesivo. Pero esto de ninguna manera es una alternativa favorable para los intereses de los sectores populares", concluyó.

[Fuente: Sputnik News, Moscú, 04sep18]

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