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30abr12
Mirada cubana sobre el Plan Cóndor
Los registros de la historia reciente definen al Plan Cóndor como una coordinación represiva que comenzó a funcionar a fines de 1975. En noviembre, los aparatos de inteligencia de los ejércitos de Uruguay, Argentina y Chile se reunieron en Santiago y acordaron perseguir, detener, interrogar, torturar y desaparecer a los opositores políticos dentro y fuera de sus fronteras. Entre los testimonios de sus sobrevivientes, la desclasificación de archivos estatales y la paciente búsqueda de los investigadores, existen indicios inéditos que hablan de una historia mucho más macabra que el relato conocido.
Uno de esos buscadores nació en Cuba, es periodista, docente y también abogado. José Luis Méndez Méndez ha escrito cuatro libros sobre las operaciones de terrorismo que lanzaron los Estados Unidos contra la Revolución Cubana y ante los tribunales federales de la Capital Federal, es el representante legal de las familias de Crescencio Galañena Hernández y Jesús Cejas Arias, dos jóvenes diplomáticos que fueron secuestrados el 9 de agosto de 1976 y que murieron bajo tortura en el centro clandestino de detención Automotores Orletti. Permanecen desaparecidos, pero el juicio que indagó sobre la responsabilidad de los torturadores Eduardo Alfredo Ruffo, Honorio Martínez Ruiz y Raúl Guglielminetti, terminó con penas de 20 y 25 años para ellos y, también, con un dato amargo. "Después del golpe del 24 de marzo de 1976 desaparecieron, en total, 17 personas relacionadas con entidades oficiales de la embajada cubana en Buenos Aires", revela Méndez, que dentro de una semana volverá a pisar suelo argentino para presentar su último trabajo, La Operación Cóndor contra Cuba, en la 38ª Feria del Libro. La investigación explica que la coordinación de dictaduras "empezó con el derrocamiento de Salvador Allende en Chile".
-¿Por qué sostiene que el Plan Cóndor empezó antes de la reunión de jefes de ejércitos de noviembre de 1975?
-Porque los principales sicarios internacionales de esta operación son los cubanos que habían participado en la invasión de Playa Girón promovida por la CIA. Fueron seleccionados dentro de un grupo de 1000 mercenarios junto a otros que regresaron en diciembre de 1962. Primero se entrenaron en Fort Bening en 1963 y en 1964 egresaron como segundos tenientes del ejército norteamericano. Ahí aparece el tristemente célebre Luis Posada Carriles, que fue destinado a Venezuela, junto a Moisés Hernández Rojo, que fue a Brasil, Víctor Vázquez, que se quedó con Posada, o Félix Rodríguez Mendigutía, uno de los responsables directos del asesinato de Ernesto "Che" Guevara en Bolivia.
-¿Todos llegan a Chile?
-Luego del derrocamiento de Salvador Allende en 1973, se ponen a disposición de la dictadura, se encuentran con el general Manuel Contreras, director de la DINA, que a fines de 1975 reúne a todos los ejércitos del Cono Sur. Apenas se alistan, se ponen a perseguir a los refugiados argentinos en Santiago, también a chilenos, y hacen operaciones en México e Italia, donde tratan de matar a Bernardo Leighton, vicepresidente de Allende, y fuerte opositor de Pinochet que casi pierde la vida el 5 de octubre de 1975. También trataron de asesinar en Alemania y en Francia al dirigente del partido socialista chileno Carlos Altamirano, .
-¿Son los mismos que matan al general Carlos Prats en Buenos Aires?
-En esos diez años, intervinieron y participaron de varios crímenes, entre ellos el de Prats en el barrio de Palermo en 1974. Esos casos confirman que mucho antes de institucionalizarse el Plan Cóndor a finales de noviembre de 1975, los cubanos ya venían operando bajo órdenes de los Estados Unidos para sembrar el terror en esta operación que toca techo el 21 de septiembre de 1976, cuando asesinan al ex ministro y embajador de Allende, Orlando Letelier, en pleno centro de Washington, gracias a la colaboración del agente Michael Townley.
-¿Cuándo llegan a Buenos Aires?
-Además del crimen de Prats, hay un día clave. Es el 13 de agosto de 1975. Ellos siempre trataron de hacer acciones vinculadas a fechas históricas. Ese día, era el cumpleaños 49 de Fidel Castro, y en esa fecha un comando de terroristas integrado por Orlando Bosch Ávila (uno de los autores intelectuales de la voladura en pleno vuelo de un avión civil cubano), junto a Gaspar Giménez Escobedo, hacen un atentado contra el embajador Aragonés. Desde un auto le disparan cuando estaba entrando a la embajada en Belgrano. Entre el golpe contra Allende y el derrocamiento de Isabel Martínez de Perón, ese grupo desarrolla una serie de acciones de terror, especialmente sobre los refugiados chilenos que buscaban protegerse de la persecución pinochetista en Buenos Aires. En ese momento ya estaba Bosch, Posada Carrilles, Michael Townley, y Guillermo Novo Sampoll, cuya presencia me la confirmó el general Manuel Contreras, en prisión, durante una entrevista que me concedió en 2004. <
Las operaciones junto a la Triple A a partir de 1974
-¿Operaron con la Triple A?
-Lo hicieron desde que llegan en 1974. Posada Carriles estuvo en Buenos Aires, y estuvo vinculado a una organización llamada Trinchera. Novo Sampoll, estuvo vinculado en la preparación de un asalto a un banco para adjudicarle el ataque a una organización de izquierda, pero no funcionó, aunque este hombre es uno de los cuatro que participó en el asesinato de Letelier y después estuvo en un plan de asesinato de Fidel en la X Cumbre de las Américas en Panamá en 2000. Allí fueron detenidos, aunque ya venían de hacer asesinatos por encargo de la mafia neoyorquina.
-En su libro, revela la estrecha relación de Arturo Frondizi con Estados Unidos. ¿Le pidió ayuda a la CIA?
-Lo hizo en 1964, cuando viaja a Estados Unidos y se entrevista con Allen Dulles, director de
la CIA y le pide asesoría para enfrentarse a los enemigos políticos de su gobierno. Ese pedido es evaluado por la central como una gran oportunidad para meterse en Argentina y empieza todo un programa de penetración y desestabilización. Me resultó muy interesante descubrir la utilización de los llamados "alumnos profesionales de la UBA", jóvenes que pasaban 10 años sin avanzar en sus estudios cuando su papel era penetrar a los movimientos estudiantiles. El objetivo de la CIA en Argentina era utilizar el país como vidriera de la Alianza para el Progreso y convencer al país de que el enemigo era Cuba y empezaron a asesorar a la SIDE.
[Fuente: Por Claudio Mardones, Tiempo Argentino, Bs As, 30abr12]
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